Despejando la obstrucción

Caterina suspiró intensamente cuando su mamá tuvo que detenerse a causa de una obstrucción en la vía.  Los obreros estaban reparando el puente que estaba más adelante, y el tráfico estaba detenido temporalmente.  “¿Cuánto tiempo más tendremos que esperar?”, preguntó.

“No estoy segura”, contestó la madre.  “Podría tardar un buen rato”.

Caterina miró por la ventana.  Vio una furgoneta roja, un camión del correo, algunos automóviles y una bicicleta.  Los conductores estiraban sus cuellos para tratar de ver si podrían avanzar pronto.

“¿Vamos a llegar tarde a la clase de natación?”, preguntó Caterina.  La clase en la piscina comunitaria, al otro lado del puente, comenzaba a las 10h00.

“No lo sé”, dijo mamá, “pero no podemos ir a ningún lado hasta que se despeje la obstrucción”.

Caterina suspiró impacientemente.  “¡Quisiera que trabajen más rápido!”

“Bueno, es algo que está fuera de nuestro control”, respondió la madre.  “No nos queda más que ser pacientes”.

Esperaron otros cinco minutos y luego Caterina notó que los automóviles de adelante empezaban a moverse.  “¡Mira!”, exclamó.  “¡Creo que ya quitaron la obstrucción!”

Caterina dejó salir un suspiro de alivio.  “¡Estoy tan feliz porque vamos a llegar a la clase de natación!”

Mamá sonrió.  “Precisamente esta mañana estuve leyendo sobre un tipo diferente de obstrucción”, señaló.

“¿En serio?”, preguntó Caterina.

La madre asintió.  “El libro que estaba leyendo se refería al pecado como una obstrucción que evita que nos acerquemos a Dios.  Pero, a diferencia de la obstrucción en el puente, no tenemos que esperar y esperar para que Jesús despeje la obstrucción del pecado en nuestras vidas.  Él lo hace el momento en que confesamos lo que hemos hecho mal y pedimos perdón”.

“Claro”, indicó Caterina.  “Y debido a que Él nos salvó al morir por todos nuestros pecados, no tenemos que preguntarnos si todavía nos ama o si todavía somos salvos cuando nos equivocamos”.

Mamá hizo un gesto afirmativo.  “Jesús promete perdonarnos siempre, y Él nos da poder sobre el pecado, para que podamos decir que no cada vez que nos veamos tentadas a hacer algo malo.  Cuando le confesamos nuestras ofensas y pedimos perdón, podemos sentir Su amor y Su gracia en nuestras vidas, y disfrutar de la comunión con Él”.

La madre estacionó el automóvil y Caterina saltó hacia afuera.  “Gracias, mamá”, expresó.  “Si me apuro, todavía puedo llegar al calentamiento”.JANET BOULTER

CONFÍA EN JESÚS Y RECIBE SU PERDÓN

VERSÍCULO CLAVE: EFESIOS 1:7

EN ÉL TENEMOS REDENCIÓN MEDIANTE SU SANGRE, EL PERDÓN DE NUESTROS PECADOS.

¿Hay alguna obstrucción de pecado en tu vida que evita que disfrutes plenamente de tu relación con Dios?  ¡Te tengo buenas noticias!  ¡Jesús puede despejarla!  Confiésale tu ofensa, pídele que te perdone y que quite la obstrucción de tu vida.  Dale gracias por Su amor y Su gracia, y confía en que Él te dará el poder de hacer lo que es correcto.  ¡Luego vuelve a disfrutar de tu relación con Él!

Clave de Hoy
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