Desafíos en el desarrollo (Parte 2)
“¡Emma!” Mamá entró en la sala, cargando al hermanito menor de Emma. “Necesito que cuides a Andresito mientras voy corriendo al supermercado”.
“¿Puede hacerlo Leandro?”, preguntó Emma. “Quiero terminar este libro que estoy leyendo”.
Mamá hizo un gesto de enojo. “Antes te encantaba cuidar a Andresito”, le dijo. “Pero últimamente he notado que, cada vez que tienes la oportunidad de jugar con él o de sacarlo a caminar, prefieres hacer otras cosas. No le has puesto atención en absoluto. ¿Qué está pasando?”
Emma respiró profundo. “Lo que pasa es que desde que nos enteramos de que no puede aprender o desarrollarse como los demás niños… bueno, ya no es lo mismo. Ahora Andresito… es como diferente”.
“Emma”, señaló mamá, “Andresito no ha cambiado ni un poquito. Él sigue siendo el mismo bebecito dulce y risueño de siempre. Me parece que tú eres la que cambió”.
Los ojos de Emma se abrieron. “¿Yo?”
Mamá asintió. “Ahora tratas a Andresito de un modo diferente, desde que sabes que él tiene algunos desafíos que los otros niños no tendrán. Él no es diferente que antes… solo tú lo miras diferente”.
Emma se quedó pasmada. “Supongo que sí lo he estado tratando de diferente modo desde que nos enteramos de su discapacidad”, dijo con un suspiro. “Estaba tan emocionada de enseñarle todo lo que una hermana mayor le debe enseñar, pero ahora no estoy segura de que él pueda siquiera hacer muchas de esas cosas. No estaba segura de si yo iba a poder ayudarle o si ya no necesita de una hermana mayor”.
“¡Por supuesto que te necesita!”, exclamó mamá. “Yo sé que fue difícil saber que la vida de Andresito será diferente de lo que creíamos, pero él nos necesita a todos… ahora más que nunca. Él todavía necesita que le enseñes cómo hacer las cosas y que seas paciente con él, mientras va aprendiendo. Y, a pesar de que podría tener algunos desafíos en su desarrollo cerebral, eso no afecta su capacidad de crecer espiritualmente. Tu hermanito necesita que le muestres el amor de Dios y le animes a seguir a Jesús y a crecer en su fe”.
Emma sonrió y estiró sus brazos. “Ven, Andresito”. La niña cargó a su hermanito y él escondió su cara en el cuello de Emma. “Yo soy tu hermana mayor. Siempre cuidaré de ti y te ayudaré a crecer”. – AGNES LIVEZEY
AYUDA A LOS DEMÁS A CRECER ESPIRITUALMENTE
VERSÍCULO CLAVE: 2 PEDRO 3:18
CREZCAN EN LA GRACIA Y EL CONOCIMIENTO DE NUESTRO SEÑOR Y SALVADOR JESUCRISTO.
¿Estás ayudando a los demás a crecer? A lo mejor tengas hermanitos menores o haya otros niños en tu vida que te miran como un ejemplo a seguir y quieren aprender de ti. Es importante ayudarles a crecer mentalmente al responder sus preguntas y enseñarles cómo hacer las cosas, pero es mucho más importante ayudarles a crecer espiritualmente. Eso lo puedes hacer orando por ellos, hablándoles acerca de Jesús y tratándoles con paciencia, bondad y respeto.
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