Cuidado con las ovejas

“No debí haber dejado que vieras mi examen”, comentó Luis mientras él y su amigo Joel caminaban a casa, después de la escuela.  “Creo que debería decirle al señor González que hice trampa”.

“¿Por qué harías algo así?”, preguntó Joel.  “Tú no hiciste trampa.  Yo fui el que copió”.

“Pero te ayudé”, le dijo Luis, “así que también hice trampa”.

“Nunca más lo volveremos a hacer, así que nadie se dará cuenta”, aseguró Joel.  “Nadie nos vio”.

“Dios sí nos vio”, respondió Luis.  “Él ve todo”.

“¿Qué dices?  ¿Dios nos espía?”, preguntó Joel.

“No, pero sí nos ve”, afirmó Luis.  “Es más como… bueno…”  Luis suspiró, porque no estaba seguro de cómo explicar lo que quería decir.

Esa noche, Joel fue con la familia de Luis a un partido de baloncesto en otra ciudad.  De camino a casa, se cruzaron con otro automóvil en un camino rural de dos carriles.  El padre de Luis entrecerró los ojos.  “¡El conductor de ese vehículo debería bajar la intensidad de sus luces!”, expresó.  “¡Me está dejando ciego!”

“¡Cuidado!”, exclamó la mamá.  “Ahí hay una…”

Los frenos chillaron y el automóvil se viró, antes de detenerse con un golpe.  Una oveja se había salido por una cerca rota y se descarrió hacia la carretera, pero nadie salió herido… ni siquiera la oveja.  El auto se chocó con un poste.

“Qué emocionante”, dijo Joel cuando lo dejaron en su casa, un par de horas después.  “Qué suerte que nadie salió herido”.

“Fue más que suerte”, explicó la mamá de Luis.  “Dios nos estaba cuidando”.

“¡Eso es!”, exclamó Luis.  “Eso es lo que quería decir en la tarde.  Dios nos observa para protegernos, no solo para atraparnos cuando hacemos algo malo”.

El papá asintió.  “La Biblia die que Jesús cuida de aquellos que confían en Él como un pastor cuida a Sus ovejas”.

“Y cuando Él nos ve haciendo algo malo, nos perdona”, agregó Luis.

“¿Como caminar sin rumbo en medio de la carretera?”, preguntó Joel con una sonrisa pícara.

Papá se rio.  “Más ben, cuando caminamos sin rumbo, alejándonos de Él”.

Al día siguiente, Joel encontró a Luis en la escuela.  “He estado pensando”, le dijo, “y, bueno, si todavía quieres decirle al señor González sobre el examen, yo voy contigo”.  El niño suspiró.  “¿Crees que Dios también nos verá cuando lo hagamos?”

“¡Por supuesto que sí!”, contestó Luis.  “Y más que eso, Dios nos perdonará si se lo pedimos.  Yo sé que Él me perdona porque soy una de Sus ovejas… y tú también puedes convertirte en Su oveja”.BARBARA  J. WESTBERG

DIOS LO VE TODO

VERSÍCULO CLAVE: MATEO 28:20

[JESÚS dijo:] “Yo estoy con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo”.  

¿Sabías que Dios siempre te ve?  Nada de lo que hagas, bueno o malo, está escondido de Él.  Esa es la razón por la que Jesús murió en la cruz, para que podamos ser perdonados por todas las cosas malas que hacemos y para que podamos tener vida eterna con Él.  Cuando ponemos nuestra confianza en Jesús, Él nos observa y nos cuida, como Sus ovejas.  Confía en Él como tu Buen Pastor.  (Lee más sobre las Buenas Noticias aquí).

Clave de Hoy
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