Costoso pero gratis
“¿Le llevaremos algo a la señora Gutiérrez?”, preguntó Josefa. Ella y su madre se estaban preparando para visitar a una anciana viuda que vivía cerca.
“Me enteré de que la señora Gutiérrez no ha recogido las medicinas que le recetó el médico”, comentó mamá, “así que fui por ellas para dárselas como regalo”.
Cuando llegaron a la casa de la señora Gutiérrez, mamá sacó la medicina. La señora Gutiérrez la rechazó. “No tengo dinero para pagarle por ahora”, confesó.
“No hay problema”, aseguró la madre. “Josefa y yo le trajimos sus medicinas como regalo”.
La anciana negó con la cabeza. “Oh, no. No puedo aceptarlo, a menos que pueda pagar por mis medicinas”.
“Por favor, señora Gutiérrez”, insistió mamá con una voz delicada y amable. “Queremos darle esta medicina. La amamos y queremos que usted se sane. Por favor, tómela”.
La señora Gutiérrez la miró. “Está bien”. Sonrió. “¡Muchas gracias!”
Josefa y su madre siguieron a la señora Gutiérrez a la sala y se sentaron. “¿Sabe? El regalo que le trajimos me hizo pensar en algo”, le contó mamá a la anciana. “Hemos conversado varias veces acerca de Jesús, pero usted sigue diciéndome que no tiene nada qué ofrecerle”.
La señora Gutiérrez asintió. “Siempre he sentido que no tengo nada que ofrecerle a Dios, y mucho menos ahora”.
“Ninguna de nosotras tiene algo para ofrecer”, respondió la madre. “La salvación es gratis”.
“Gratis”, repitió la señora Gutiérrez. “Usted siempre me dice eso y suena bonito. Sin embargo, a mí me parece que debió haber costado algo”.
“¡Así es! A Jesús le costó Su vida”, explicó mamá. “Él murió para pagar nuestros errores porque nos ama, y luego resucitó de entre los muertos. Ahora nos ofrece el regalo de la vida eterna a todos los que confían en Él como su Salvador”.
Josefa no pudo quedarse callada por más tiempo. “Es como la medicina”, indicó con emoción. “Es un regalo para usted, porque no podía pagarla. Tampoco puede pagar por el regalo de Dios. Es gratis. Solo tiene que aceptarlo”.
La señora Gutiérrez se quedó en silencio por un momento. “Entonces, la vida eterna realmente es gratis”, dijo, asombrada. “Nunca lo había entendido, hasta ahora”. — RUTH I. JAY
JESÚS PAGÓ POR TU SALVACIÓN
VERSÍCULO CLAVE: ROMANOS 6:23
PORQUE LA PAGA DEL PECADO ES MUERTE, PERO LA DÁDIVA DE DIOS ES VIDA ETERNA EN CRISTO JESÚS SEÑOR NUESTRO.
¿Te has puesto a pensar en el costo de la salvación? Es gratis para ti, pero la salvación, es decir, el perdón del pecado y la vida eterna, fue comprada y pagada por Jesucristo. Le costó Su vida, pero te la ofrece a ti como regalo. No puedes pagar por un regalo, el cobro no es para ti. Confía en Jesús como tu Salvador hoy mismo y acepta el regalo que Él te ofrece. (Haz clic aquí para que conozcas las Buenas Nuevas que Él tiene para ti).
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