Corazones que duelen

“¿Qué pasa, David?”, preguntó mamá cuando el niño se subió al automóvil.

David suspiró.  “La señora León dijo en la clase que Felipe no vendrá a la escuela por algunos días.  Su papá tuvo un ataque al corazón y falleció en la mañana”.

Su madre ahogó un grito.  “¡Oh, no!  Qué terrible noticia”.

David asintió.  “El director Burbano vino a decirnos que fue a la casa de Felipe en la mañana.  Nos contó que Felipe, su mamá y su hermanito están muy tristes.  Luego nos dejaron hacer preguntas y platicar por un rato”.  El niño hizo una pausa.  “Mamá, ¿por qué pasó eso?  ¿Qué van a hacer ahora?”

“No lo sé”, dijo la madre mientras sacudía su cabeza.  “¿Hay algo que quisieras hacer por ellos ahora?”

“Quiero ver a Felipe.  Es mi mejor amigo”, indicó David.  “¿Podemos ir a su casa?”

“Está bien, pero primero hagamos una comida para ellos”, sugirió mamá.  “Las personas a veces se olvidan de comer en momentos como este”.

David y su mamá hicieron una olla de guisado y pusieron los alimentos en una canasta.  En el automóvil, David comentó: “Mamá, oremos por Felipe y su familia”.  La madre detuvo el carro y oraron para que Dios ayude a la familia.  David también le pidió a Jesús que le diera palabras para consolar a su amigo.

Cuando llegaron, Felipe los saludó en la puerta.

“Les trajimos comida”, señaló David, llevando la canasta a la cocina.

David y Felipe salieron a la puerta de la casa mientras sus madres platicaban en la casa.

“Felipe, lo lamento mucho.  ¿Qué puedo hacer?”

“No sé.  Le extraño tanto a mi papá”.  Felipe se cubrió la cara, limpiándose las lágrimas.  “Cuando mamá dijo que algo no estaba bien en la mañana, oré para que papá estuviera bien.  Ahora no sé qué pasará con nosotros”.

“Yo tampoco sé qué va a pasar, pero sí sé que Jesús te ama y estará contigo en medio de todo esto.  Siempre puedes tener esperanza en Él”.  David puso su mano en el hombro tembloroso de su amigo.  “Yo también estaré aquí contigo.  Avísame si puedo hacer algo.  Estaré orando por ti y por tu familia”.

Felipe cerró los ojos y suspiró.  “Gracias, David”.  –
LYNDA BOUCHER

AYUDA A TUS AMIGOS QUE ESTÁN SUFRIENDO

VERSÍCULO CLAVE: GÁLATAS 6:2

LLEVEN LOS UNOS LAS CARGAS DE LOS OTROS, Y CUMPLAN ASÍ LA LEY DE CRISTO.

¿Tienes algún amigo que esté sufriendo?  A lo mejor uno de sus seres queridos falleció o afronta una situación difícil.  Las situaciones de ese tipo realmente pueden herir en corazón de una persona y tus amigos necesitan el amor y el apoyo de sus amistades.  Ayúdalos en cualquier forma que puedas, y hazles saber que estás orando por ellos.  A pesar de que no tengas todas las respuestas, puedes recordarles de la esperanza que tienen en Jesús.

Clave de Hoy
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