Con todo y raíces

Lucas levantó la vista durante su tarea de arrancar matas de diente de león cuando su amigo, Román, pedaleó su bicicleta por la vereda de su casa.  “Hola”, saludó Román.  “Vamos a nadar al parque”.

“No puedo”, contestó Lucas.  “Mi mamá dice que está harta de ver flores amarillas en lugar de césped verde, y tengo que arrancar todas las matas de diente de león.  El niño sostuvo en alto la herramienta que estaba usando.  “Tengo que trabajar alrededor de cada planta con esto, para poder arrancar toda la raíz… ¡y sí que tiene raíces profundas!”  Lucas secó el sudor de su frente con sus manos sucias.  “Además, hace mucho calor”.

“Sí”, dijo Román.  “Demasiado calor como para hacerlo de ese modo.  ¿Por qué no simplemente sacas lo de arriba?  A ver, yo te ayudo.  Así terminamos más rápido y podremos ir a nadar”.

“Está bien”, indicó Lucas.  Los niños terminaron rápidamente la tarea y fueron al parque.

Durante las siguientes semanas, las matas de diente de león volvieron a crecer y la madre envió a Lucas para que volviera a arrancarlas.  Todas las veces, el niño solamente arrancaba lo de arriba.

Un día, su mamá se acercó para hablar con él.  “No entendía por qué seguíamos teniendo tantos dientes de león, pero ahora ya veo el problema.  No los estás arrancando de raíz, como te enseñé”.

“Oh”, exclamó Lucas, mirando las matas en su mano.  “No creí que importara tanto, siempre y cuando no pudieras verlos”.

“Pero sí importa”, aseguró su madre.  Si las raíces todavía están en la tierra, los dientes de león volverán a crecer.  Tienes que deshacerte de todo, con todo y raíces”.

Esa noche, su padre oyó la historia del regreso de los dientes de león.  “Ese es un muy buen ejemplo para ilustrar la forma en que a veces tratamos el pecado en nuestras vidas”, dijo, pensativo.  “Si las demás personas no lo ven, con frecuencia creemos que no importa.  Pero solo porque el pecado no sea visible a todos no significa que no sea dañino.  Sin importar cuánto tratemos de cubrirlo, seguirá brotando en nuestras vidas, haciéndonos daño a nosotros y a los demás”.  Papá observó a Lucas.  “¿Sabes cómo sacar de raíz el pecado, en lugar de simplemente tratar de ocultarlo?”

Lucas asintió.  “Debemos conocer a Jesús.  Después, en lugar de tratar de esconder nuestro pecado, podemos pedirle que nos perdone”.

El padre asintió.  “Y debemos fijar nuestras mentes en la nueva vida que tenemos en Él”. – A. W. SMITH

SACA EL PECADO DE RAÍZ

VERSÍCULO CLAVE: ROMANOS 6:11

CONSIDÉRENSE MUERTOS PARA EL PECADO, PERO VIVOS PARA DIOS EN CRISTO JESÚS.

¿Hay algún pecado en tu vida que estás tratando de mantener escondido para que los demás no puedan verlo?  Sin importar cuánto trates de ocultar un pecado, seguirá brotando nuevamente.  Debe ser arrancado desde las raíces, y la única manera de hacerlo es confesándolo a Jesús.  A pesar de que es probable que sigas luchando con ese pecado, no dejes que siga encubierto.  Recuerda que Jesús te ha hecho libre del poder del pecado y siempre te perdonará.

Clave de Hoy
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