Con amor

“Paulina, déjame ayudarte con eso”.  Alexis tomó una prenda del montón de ropa limpia que había que doblar.  “Eso me hará ganar puntos para el concurso de mi grupo de jóvenes.  ¡Quiero tener la mayor cantidad de puntos, para ganar!”  Una de las maneras en que los chicos del grupo de jóvenes podían ganar puntos era ayudando a otros miembros de su familia.

Paulina frunció el ceño y apartó la mano de su hermana con un golpe.  “Yo no voy a firmar ningún papel que diga que me hayas ayudado con nada.  ¡Déjame en paz con mis cosas!”

El resto de la familia de Alexis estaba fascinado con su comportamiento.  A duras penas podían creer lo útil que se había vuelto de repente: lavaba los platos, hacía las camas, ofreció ayudar a su hermano con las tareas, cuidaba a sus hermanos, ¡y hasta sacaba la basura!  Paulina era la única que rechazaba su ayuda.

A Alexis le fue bien en el concurso, pero no ganó.  Sin embargo, para sorpresa de todos, su actitud de ayuda no se detuvo.

Un día, Paulina le pidió a Alexis que le ayudara a doblar la ropa limpia.  Alexis se quedó desconcertada.  “¿Por qué ahora sí me dejas hacer cosas por ti?”, preguntó.  “Cuando tenía el concurso, no me dejabas hacer nada por ti”.

“Bueno, ahora sé que en verdad quieres ayudarme”, respondió Paulina.  “Antes solo lo hacías por los puntos”.

Alexis meditó en esas palabras.  “Supongo que es cierto.  Quería ganar el premio por ganar más puntos”.

“Y ahora, ¿por qué quieres ayudarnos?”, preguntó Paulina.

“Bueno, el día que terminó el concurso, la señorita Morales habló sobre un pasaje de la Biblia que dice que no importa cuántas cosas buenas hagamos, si no tenemos amor en nuestros corazones, nuestras buenas obras no valen nada a los ojos de Dios.  Ella aseguró que esa es la razón por la que se le ocurrió el concurso, para demostrar con cuánta frecuencia la gente cree que su meta es ganar puntos para con Dios cuando hacen cosas buenas, pero que, si no tienen el amor de Jesús en sus corazones, sus buenas obras no significan nada.  Ella agregó que debemos confiar en Jesús y depender de Él para que nos ayude a hacer cosas para otros por amor, y me di cuenta de que tenía razón”.  Alexis sonrió a su hermana.  “Me alegra que puedas darte cuenta de la diferencia”.

“Sí, me doy cuenta”.  Paulina rio.  “Pero ahora quiero pedirte perdón por no ayudarte a ganar el concurso”.– AGNES LIVEZEY

ÁMENSE UNOS A OTROS

VERSÍCULO CLAVE: JUAN 15:12

ESTE ES MI MANDAMIENTO: QUE SE AMEN LOS UNOS A LOS OTROS, ASÍ COMO YO LOS HE AMADO.

¿Haces cosas buenas por otras personas?  ¿Por qué?  ¿Es para ganar puntos y caerles bien?  ¿O piensas que las buenas obras te hacen ganar puntos con Dios?  Él dice que todas las cosas buenas que hagas no sirven para nada si no las haces con un amor genuino, el tipo de amor que Jesús tiene para ti.  Confía en Jesús y permite que Su amor llene tu corazón y fluya hacia otros.  ¡Ellos pueden darse cuenta de la diferencia!

Clave de Hoy
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