Cómo mantener encendido el fuego
“¡No habrá muchas más fogatas este verano!”, exclamó mamá mientras dejaba caer una brazada de troncos. “Pero el otoño también es divertido”.
Jairo asintió. “Voy a dar las pruebas para el equipo de fútbol”. El niño regresó a ver a su hermana. “Y Gerda comenzará a ir al grupo de jóvenes este año”.
Gerda se encogió de hombros. “No sé si quiera ir”, admitió. “¿Tengo que hacerlo?”
“¿Por qué no quieres ir?”, preguntó su madre. “Es un buen lugar para desarrollar amistades cercanas con otros cristianos”.
“Sí, pero desde que nos mudamos acá, todavía no he podido conocer bien a ninguno de los chicos de la iglesia”, comentó Gerda. “Además, ¿tengo que llevarme solo con cristianos para tener buenos amigos?”
“Por supuesto que no”, aseguró su padre, mientras acomodaba con cuidado la leña en la fogata, “pero hay algo especial en tener amistades con cristianos”. Él miró los troncos que acababa de apilar y luego los derribó con un palo.
“Esos leños no se encenderán bien así”, observó Gerda. “Una de las primeras cosas que nos enseñaste al hacer una fogata fue que tenemos que apoyarlos unos con otros”.
“¿Recuerdas por qué?”, preguntó papá.
“Porque de ese modo crean más calor y se mantienen encendidos unos a otros”, contestó Gerda.
“Correcto”, afirmó el padre. “¿Sabías que los cristianos son como los troncos? Por nuestra cuenta, sin el apoyo de otros cristianos, es difícil mantenernos en llamas por Jesús. Cuando soplan los vientos fríos, la calidez de la comunidad cristiana nos recuerda el amor de Dios por nosotros y nos anima en nuestra fe”.
“¿A qué te refieres con eso de vientos fríos?”, preguntó Gerda.
“Oh, cosas como enfermedades, perder a un ser querido o sentir la presión para hacer cosas malas”, explicó papá. “Cuando te toque afrontar pruebas y tentaciones, ¿no crees que sería útil tener amistades que oren por ti y te animen?”
“Está ben”, aceptó Gerda. “Le daré una oportunidad al grupo de jóvenes por dos razones”.
“¿Cuáles son esas razones?”, preguntó su padre.
“La primera es que sé que tienes razón al decir que necesitamos tener amigos cristianos”, respondió Gerda. “¡Y la segunda es que sé que de todas maneras me harías ir!” — HEATHER M. TEKAVEC
PASA TIEMPO CON AMIGOS CRISTIANOS
VERSÍCULO CLAVE: HEBREOS 10:24 (PDT)
AYUDEMOS A LOS DEMÁS A DEMOSTRAR SU AMOR Y A HACER EL BIEN.
¿Tienes amigos cristianos con quienes compartir tus alegrías y problemas? Puedes también tener amistades que no sean cristianos, pero tus mejores momentos de comunión los tendrás con aquellos que conocen al Señor. Cuando la vida se pone difícil, los amigos cristianos pueden animarte en tu caminar con Jesús, y tú puedes animarlos a ellos también en su fe.
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