Como Andrés y Pedro

Valerio se deslizó en un asiento y esperó ansiosamente a que empezara la escuelita bíblica vacacional.  Se había hecho cristiano unos meses antes, después que su amigo Tadeo lo invitara a la iglesia, y había estado contando los días para que llegara esta semana especial.  Le gustaban las canciones y los juegos, y se moría de ganas de escuchar las historias que le contaría su maestra.

El tiempo de las canciones fue divertido, como era lo normal, y después la señora Rodríguez se levantó para enseñar la lección.

—Hoy hablaremos sobre los discípulos de Jesús, es decir, los hombres que Él llamó para que estuvieran a Su lado mientras Él enseñaba aquí en la tierra —indicó—.  Uno de ellos es Andrés.  ¿Y quién creen que fue la primera persona que Andrés llevó a Jesús?

Varios niños levantaron sus manos.

—¿A su mejor amigo? —adivinó Valerio.

—O quizá a algunas personas que vivían cerca de su casa —sugirió Tadeo.

La señora Rodríguez sonrió.

—Estoy segura de que Andrés les contó a muchos de sus amigos y vecinos sobre Jesús, y por supuesto que debemos hacerlo también.  Pero no olvidemos que podría haber personas dentro de nuestros propios hogares que necesitan a Jesús.  La primera persona que Andrés llevó a Jesús fue su hermano, Pedro.

Valerio se agitó en su silla y miró el piso fijamente.  Su hermano menor, Juan, había querido venir con él a la escuelita bíblica de vacaciones, pero Valerio no se lo permitió. 

—No quiero que me andes siguiendo cuando estoy con mis amigos —le había dicho Valerio.

A la mañana siguiente, Valerio sacudió a su hermano para despertarlo.

—Es hora de la escuelita bíblica de vacaciones.  ¿Quieres ir?

La cara de Juan se iluminó.  El niño asintió y se vistió rápidamente.

Cuando la señora Rodríguez enseñó la lección ese día, explicó que todos habían pecado y solo Jesús puede lavar los pecados.  Juan se puso inquieto y susurró algo al oído de su hermano.  Valerio asintió, y después que terminara la clase, llevó a su hermanito al frente.

—Señora Rodríguez, mi hermano no es cristiano, pero quiere entregar su vida a Cristo.  ¿Puede decirle otra vez cómo hacerse cristiano?

—¡Claro que sí! —afirmó la señora Rodríguez.

Mientras Valerio y Juan regresaban a su casa, el hermano menor miró al mayor.

—¿Puedo ir contigo otra vez a la escuelita bíblica vacacional mañana?

—Seguro —respondió Valerio—.  De hoy en adelante, seguiremos juntos a Jesús, tal como lo hicieron Andrés y Pedro.

Juan lo miró, confundido, y Valerio sonrió.

—Son dos discípulos de Jesús.  La Biblia habla de ellos.  Ya te contaré su historia.  —  TERESA M. BEVERLY

LLEVA A LOS MIEMBROS DE TU FAMILIA A JESÚS

VERSÍCULO CLAVE: JUAN 1:41-42

ÉL [ANDRÉS} ENCONTRÓ PRIMERO A SU HERMANO SIMÓN [PEDRO]… Y LO TRAJO A JESÚS.

¿Tienes parientes que no conocen a Jesús como su Salvador?  ¿Los has invitado a la iglesia?  ¿Les has contado que Jesús los ama y quiere salvarlos de sus pecados?  Si conoces a Jesús, deberías hacer todo lo posible por llevar a otros hacia Él.  Un buen lugar para empezar es en tu propio hogar.

Clave de Hoy
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