Cerdos juzgados
“Lo mejor será que vayas a traer un suéter”, gritó su mamá mientras Andrés se preparaba para pasar el día en la casa de su amigo, Benjamín.
“Está bien. La mamá de Benjamín acaba de llegar. ¡Te veo en la noche!”, exclamó Andrés mientras salía corriendo por la puerta. Benjamín acababa de conseguir un cerdo como mascota, y el niño se moría de ganas de verlo.
De camino a la granja, Andrés hizo preguntas sobre la cerdita de Benjamín, Rosy. “¿Qué tan grande es? ¿Dónde la tienes?”
“Ahora tiene el tamaño de un gato, así que la tenemos en la casa y le ponemos en su jaula por la noche”, respondió Benjamín. “Después de un tiempo la llevaremos al granero”.
“¿De verdad tienen a Rosy en la casa?”, preguntó Andrés, arrugando su nariz. “¿Y eso no hace que su casa… eh… huela feo y esté sucia?”
Benjamín rio. “Eso es lo que muchos creen, pero en realidad a los cerdos les gusta estar limpios. Y los cerditos limpios no huelen mal. Además, Rosy es muy inteligente. Está entrenada para hacer sus necesidades en un solo lugar y ya conoce la orden ‘siéntate’, ‘no’, y ‘ven’”.
“¡No sabía que los cerdos eran tan inteligentes!”, aseguró Andrés. “Siempre había creído que eran perezosos y que se la pasaban todo el día revolcándose en el lodo. Supongo que nunca había conocido a un cerdo mascota para saber cómo eran”.
“¿Sabes? Eso me hace acuerdo de cómo a veces juzgamos a cierta clase de personas, aun antes de conocerlas”, comentó la mamá de Benjamín mientras giraban hacia la calle que los llevaba a la granja. “A lo mejor oímos las opiniones de otras personas o leemos algo en Internet y nos formamos ideas de cómo son. Pero Dios nos advierte que no juzguemos a otros por la ropa que usan, por el color de su piel o el lugar en que nacieron. Jesús murió por todos y debemos mostrar Su amor a todos. Parte de ello es conocer a las personas como realmente son y no juzgarlas con base en lo que vemos u oímos”.
“Sí”, afirmó Benjamín. “¡Y tampoco deberías juzgar a los cerdos!”
Andrés rio. “Supongo que sí juzgué a Rosy, basado en lo que había oído de los cerdos, en lugar de buscar la verdad”.
Benjamín sonrió. “Vamos, amigo. ¡Te presentaré a Rosy para que puedas ver cómo oes ella en realidad!” – KENDRA ANGLE
NO JUZGUES A OTROS
VERSÍCULO CLAVE: MATEO 7:1
NO JUZGUEN PARA QUE NO SEAN JUZGADOS.
¿Alguna vez has juzgado a alguien por su apariencia? ¿Te has formado una opinión sobre un grupo de personas con base en lo que otros te han dicho de ellos? Jesús quiere que seamos bondadosos y amorosos con todas las personas, aun las que tienen una apariencia distinta a la nuestra o quienes no compartan nuestras opiniones y creencias. Conoce cómo realmente son las personas y ayúdales a ver cuánto Jesús los ama.
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