Carrera de caracoles

“¡Mariana me hace enojar tanto!”, exclamó Lea.  “¡Oré y estudié tanto para ese examen!  Ella casi no estudió y sacó la calificación perfecta.  ¡Qué injusto!  ¡Y ni siquiera es cristiana!”

“¡Espera!”, dijo su padre.  “No importa si alguien es cristiano o no, las buenas calificaciones se deben al trabajo esforzado.  Además, por lo que veo, tu calificación está muchísimo mejor que la anterior”.

“Ya, no importa”, señaló Lea.  Luego tomó la caja de vidrio de su caracol mascota, Rocky.  “¿Estás listo, papá?  ¡Rocky le va a ganar a Hojas esta vez!”

Papá rio y ambos ubicaron a los caracoles en la línea de salida.  “¡En sus marcas, listos, fuera!”, gritó Lea y la carrera empezó.

“¿Qué estás haciendo, Rocky?  ¡Corre, corre, vamos!”, animó Lea, pero su caracol no se movió.  La niña se puso cada vez más ansiosa hasta que finalmente el caracol se retorció para avanzar.

Después de un rato, era el turno de papá de preocuparse.  “Hojas, ¡la línea de la meta no está por allá!”, clamó, pero el caracol insistentemente se desviaba del camino, así que Rocky ganó la carrera.

“¿Sabes, Lea?”, indicó su padre, “esta carrera de caracoles se parece a tu situación”.

“Papá, digas lo que digas, Rocky ganó”, bromeó la niña.  “Pero ¿cómo se relaciona conmigo la carrera de caracoles?”

“Bueno, a veces vemos a otras personas en la vida y parece que están tan avanzadas en la carrera, así como Hojas estaba delante de Rocky en un principio”.

“Entonces, si me sigo esforzando, ¿todavía puedo ganarle a María?”, preguntó Lea mientras acariciaba la concha de Rocky.

Papá negó con la cabeza.  “Es bueno estudiar y esforzarse con las tareas de la escuela, pero hazlo por ti misma, no para ganar a otros.  Además, esa no es la carrera de la que estoy hablando.  Para los cristianos, la única carrera que importa es la que corremos para Jesús, en la que llegamos a conocerlo mejor y mostrar Su amor a los demás.  ¿Crees que tus acciones han reflejado ese amor últimamente?”

Lea se sintió avergonzada por la forma en que habló acerca de María.  “Lo siento, papá, por tener envidia de María.  En lugar de enfocarme en sus calificaciones, debería pensar en cómo puedo ayudarla a conocer a Jesús, ¿verdad?”

“Cierto, nena”.  Papá sonrió.  “Puedo ayudarte a estudiar para tu próximo examen, pero, por ahora, ¡nuestros caracoles necesitan una carrera de revancha!” —  GABRIELLA HSU

NO TE COMPARES CON LOS DEMÁS

VERSÍCULO CLAVE: ECLESIASTÉS 4:4 (NTV)

LUEGO OBSERVÉ QUE A LA MAYORÍA DE LA GENTE LE INTERESA ALCANZAR EL ÉXITO PORQUE ENVIDIA A SUS VECINOS; PERO ESO TAMPOCO TIENE SENTIDO, ES COMO PERSEGUIR EL VIENTO.

¿Tienes luchas con cosas que para otras personas son fáciles?  Las cosas como las calificaciones, el dinero y las habilidades atléticas parecerían ser muy importantes, pero no son nada en comparación con la vida eterna con Jesús.  Cuando sientas ganas de compararte con otras personas, en lugar de hacerlo, recuerda la carrera que corres por Jesús y busca la manera de llevar a otros hacia Él.

Clave de Hoy
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