Aunque no lo creas

A Urías le encantaba pasar las vacaciones de verano con su primo Claudio, excepto por unos minutos cada noche, cuando el tío Pablo los llamaba a reunirse en un devocional familiar.  “Tú no crees en todas esas tonterías religiosas, ¿verdad?”, le preguntó Urías a Claudio una noche, desde la cama que estaba al otro lado de la habitación.

“Claro que sí, pero no son ‘tonterías religiosas’.  Es lo que Dios nos dice en la Biblia”.

“No sé cómo puedes creer algunas de esas historias bíblicas, como las que tratan sobre personas que caminan en medio del fuego y no se queman, o cómo cruzan el mar y no se mojan”, opinó Urías.  “Y ni hablar de eso que Dios se hizo humano, lo mataron y volvió a la vida… ¡Esa es la más inverosímil de todas!”

“Son historias verdaderas”, insistió Claudio.  “Realmente sucedieron.  Y Jesús sí murió y resucitó para salvarnos del pecado”.

Urías se encogió de hombros y se volteó para dormir.

Al día siguiente, el tío Pablo llevó a los niños a remar en canoa.  “Diviértanse, chicos”, se despidió la tía Melisa cuando los dejó donde salían las canoas, junto al río.  “Llámenme cuando lleguen al otro lado”.

En pocos minutos, el tío Pablo y los niños flotaban en la corriente del río.  “Esta agua no es muy profunda”, comentó Urías.  “Puedo ver el fondo”.

El tío Pablo rio.  “Es más profunda de lo que parece, Urías.  Estoy seguro de que no alcanzarías a topar el piso”.

“No, no lo creo”, contestó el niño.

“¡Agáchense!”, exclamó Claudio de repente, mientras flotaban bajo una rama.  Todos se agacharon, pero la canoa perdió el equilibrio y se volteó, lanzando a sus tres ocupantes al agua.  Todos salieron a flote, escupiendo y tosiendo… y riendo.  “Ponte de pie, Urías”, gritó Claudio.

“¡No puedo!”, respondió el niño con otro grito.  “No puedo tocar el fondo”.

“Arreglemos esta canoa”, indicó el tío Pablo.  Todos ayudaron y en pocos minutos estuvieron sentados nuevamente, remando río abajo.

“Esa agua era más profunda de lo que creí”, admitió Urías.

“Era más profunda, aunque no lo creyeras, ¿cierto?”, observó el tío Pablo.

“Sí, Urías.  El que no hayas creído no cambió el hecho de cuán profundo es el río”, dijo Claudio en voz baja.  “Lo mismo sucede con la Biblia y lo que dice que Jesús hizo para salvarte”.  El niño miró a su primo.  “Es verdad, aunque no lo creas… pero espero que algún día sí creas”.  —        BARBARA J. WESTBERG

LA PALABRA DE DIOS ES VERDADERA: CREE EN ELLA

VERSÍCULO CLAVE: ROMANOS 3:3-4 (NVI)

ENTONCES, SI A ALGUNOS LES FALTÓ LA FE, ¿ACASO SU FALTA DE FE ANULA LA FIDELIDAD DE DIOS? ¡DE NINGUNA MANERA!!

¿Crees lo que Dios dice en la Biblia?  ¿Crees lo que dice sobre Jesús, el Hijo de Dios?  ¿Sobre ti?  La Biblia dice que eres un pecador, pero Jesús murió para tomar el castigo de tu pecado y luego resucitó de entre los muertos.  El no creer la verdad no la cambiará.  Cree en Jesús.  Confía en Él para que recibas la salvación hoy mismo.  (Haz clic aquí para que conozcas las Buenas Nuevas que Dios tiene para ti).

Clave de Hoy
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