Alas

Lino miró afuera de la ventana de la casa de su amigo Cayo, mientras terminaban su bocadillo.  “Mira esos árboles”, comentó.  “Se están doblando por el viento”.

“Así estábamos nosotros hace unos minutos”, señaló Cayo.

“Es tan difícil jugar a la pelota con tanto viento.  Estoy cansado.  Tendremos que pensar en algo que hacer aquí adentro”.  Lino sacó una película de su mochila.

La mamá de Cayo se llevó sus platos.  “Lo siento, Lino, pero le prometí a tu madre que jugarías afuera y que no verías películas.  Estoy segura de que podrán pensar en algo para hacer”.

“¡Ya sé!”, exclamó Cayo.  “Trajiste tus patines, ¿verdad?  Tengo una idea”.

Los niños se pusieron sus patines y Cayo sacó cuatro palas de nieve del cobertizo, entregando dos a Lino.

“¿Estás loco?”, preguntó Lino, dándole a su amigo un golpe de juego.  “Afuera hace calor, ¡no está nevando!”

Cayo sonrió.  “Espera y verás”.  Los niños salieron de la casa hacia el garaje.  “Sostén tus palas arriba, así”, indicó Cayo, mientras sostenía en alto sus palas.  Una ráfaga de viento sopló y el niño salió disparado por el garaje hacia la vereda.  “¡Vamos, Lino!”, gritó.

Lino sostuvo en alto sus palas, pero no pasó nada.  Refunfuñando, se inclinó y luchó contra el viendo hasta llegar donde estaba Cayo.  Cuando al fin alcanzó ese lugar, otra ráfaga de viendo envió volando a Cayo, quien hizo un giro amplio y cayó en picada hacia donde estaba Lino.

“¿Tus patines tienen alas o qué?”, demandó Lino.  “¡Despegaste como si fueras un pájaro enorme!”

“¡Así se me ocurrió la idea!  En la iglesia hablamos sobre cómo hasta los jóvenes se cansan, pero Dios nos da alas como las águilas.  Las alas me hicieron pensar en usar las palas de nieve para atrapar el viento.  El truco es levantarlas en la dirección correcta, para que el viento haga lo suyo”.

La madre caminó hacia ellos, cargando unas rodilleras.  “Eso es lo que Jesús hace por nosotros”, explicó.  “Él hizo todo el trabajo para salvarnos al morir por nuestro pecado, y Él nos da fuerzas cuando nos cansamos.  Cuando nos sentimos agotados por tratar de hacer las cosas por nuestra cuenta, debemos recordar todo lo que Él ha hecho por nosotros y confiar en que Él nos guiará en la dirección correcta”.

“¡Qué genial!  Gracias, mamá”.  Los niños se pusieron las rodilleras y volaron por los aires.
ROBIN STEINWEG

JESÚS TE DA FUERZAS

VERSÍCULO CLAVE: SALMO 27:14

ESPERA AL SEÑOR; ESFUÉRZATE Y ALIÉNTESE TU CORAZÓN. SÍ, ESPERA AL SEÑOR.

¿Te sientes agotado y exhausto?  ¿Hay problemas en tu vida que estés tratando de arreglar por tu cuenta?  La vida puede ser difícil en ocasiones, pero recuerda que, si confías en Jesús, Él siempre estará contigo.  Él es lo suficientemente fuerte como par salvarte del pecado y ha prometido que te dará fuerzas cuando afrontes tiempos difíciles.  Confía en que Él te ayudará cuando pases por momentos de dificultad y te guiará en la dirección correcta.

Clave de Hoy
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