Al cuidado de Dios
De camino a casa, después de una entrevista de trabajo, la madre de Morgana y Lisa se detuvo en la escuela para recogerlas.
—Mamá, ¿cuándo volverá papá a la casa? —preguntó Lisa cuando el automóvil comenzó a moverse. Ella hacía la misma pregunta casi todos los días.
—No volverá —gritó Morgana, de doce años de edad, antes que la madre tuviera la oportunidad de responder—. Mamá te lo ha dicho cien veces —la niña también quería que su padre regresara. Lo extrañaba y tenía miedo. Pero la pregunta de Lisa le recordaba que eso no sucedería. «¿Cómo vamos a poder salir adelante sin papá?», se preguntaba Morgana. «¿Qué haremos si mamá no encuentra pronto un trabajo?».
Su madre pareció adivinar los pensamientos de Morgana.
—No te preocupes —expresó—. Jesús está con nosotros y nunca nos dejará. Podemos confiar en que Él cuidará de nosotros. Una de las maneras en que lo hace es a través de la iglesia. Podemos confiar en que Él nos ayudará y nos dará ánimo cuando lo necesitemos.
Morgana quería creerlo, pero a veces era difícil. De repente, el automóvil chisporroteó y bajó la velocidad. Mamá lo guio con el volante a un lado de la carretera justo antes que el motor se detuviera.
—Bueno —dijo cuando no pudo volver a encender el carro—, esto no es bueno —ella salió y levantó el capó.
Las niñas se quedaron esperando en el automóvil y Lisa se puso a llorar.
—¡Tengo miedo! ¿Cómo llegaremos a casa? ¿Qué vamos a hacer?
—No sé, pero mamá se encargará de todo —afirmó Morgana, confiada en que su madre sabría qué hacer—. Sé que tienes miedo, pero podemos confiar en ella.
Mientras Morgana trataba de consolar a su hermana menor, se dio cuenta de que su madre las había estado consolando de la misma manera, y ahora ella entendía un poquito mejor. A pesar de que ninguna de ellas sabía qué hacer con el hecho que su padre se haya ido, Dios sí sabía y a Él le importaba. Podían confiar en el Señor, aun cuando se sintieran preocupadas.
Mamá abrió la puerta del automóvil, sacó el celular de su cartera e hizo una llamada. Cuando cerró, sonrió a las niñas.
—La ayuda está en camino.
—¿Viste, Lisa? Todo estará bien —le aseguró Morgana nuevamente a su hermana menor. Esta vez, Morgana también se reconfortó con algo que sabía que era verdad: Dios sabía lo que traería el futuro y estaría con ellas en medio de cualquier situación.
KATHERINE R. ADAMS
NO TE PREOCUPES
VERSÍCULO CLAVE: 1 PEDRO 5:7 (NTV)
PONGAN TODAS SUS PREOCUPACIONES Y ANSIEDADES EN LAS MANOS DE DIOS, PORQUE ÉL CUIDA DE USTEDES.
¿Hay algo que te preocupa? ¿Hay cosas en tu vida que te asustan? Confía en que Dios cuidará de ti. Él sabe todos los detalles y ha prometido cuidar de Sus hijos, de aquellos que confían en Jesús como su Salvador. Ora por tu problema y luego déjalo en las manos de Dios. Y permite que otros cristianos conozcan también tus luchas, para que puedan ayudarte, animarte y orar por ti.
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