Mudar la piel

—Buenos días, Alberto —saludó Sara. Ella abrió la puerta de la jaula de Alberto y alimentó a la iguana un desayuno de gusanos y pequeños pedazos de vegetales. Su mascota los engulló feliz. Cuando la iguana gateó para subirse en su hamaca, Sara vio que las escamas de su cara y de su cola se estaban pelando.

—Mamá —gritó la niña—, espero que Alberto no esté enfermo. ¡Se le está cayendo la piel!

Su madre se acercó y miró dentro de la jaula de Alberto.

—No te preocupes, hijita —aseguró—. Es natural. Cuando las iguanas y otros reptiles crecen demasiado para su piel, la mudan. Es como cuando tú creces y tenemos que comprarte ropa y zapatos nuevos.

—¿Tiene comezón? —preguntó Sara—. Se pasa frotando la cara con sus piedras.

—Mudar la piel es un poquito incómodo. Podemos darle un baño para ayudarlo —mamá y Sara llenaron una bañera con agua tibia y metieron a Alberto en ella—. Un baño le ayudará a suavizar su vieja piel y aflojarla, para que sea más fácil de pelarse —explicó la madre—. ¡Pronto toda su antigua piel desaparecerá y entonces podremos ver solamente la nueva piel!

—Eso me recuerda a un versículo que aprendí en la iglesia, sobre quitarnos nuestro viejo hombre y ponernos el nuevo —declaró Sara.

—¡Tienes razón! Es como Alberto que creció demasiado para su piel. Cuando nos hacemos cristianos, nuestros viejos hábitos pecaminosos y no nos quedan porque Jesús nos ha hecho personas nuevas, así que necesitamos mudarnos de ellos. Si la piel de una iguana se queda pegada, eso puede ser peligroso para él. Su cuerpo es más grande y necesita más espacio para que pueda estar saludable.

—¿Qué pasa si nuestros viejos pecados se quedan pegados a nosotros? ¡Quisiera poder lavarlos con un baño, como Alberto! —exclamó Sara.

—Puede que Dios no nos dé un baño, pero siempre nos ayuda a mudar nuestros viejos hábitos pecaminosos —aseguró mamá—. Él nos ha dado Su Palabra, la Biblia, y el Espíritu Santo para ayudarnos a hacer lo correcto. Y en la iglesia nos ha dado a otros cristianos que pueden animarnos mientras crecemos para ser más como Jesús.

J. R. KLEEBERGER

JESÚS NOS AYUDA A FORMAR NUEVOS HÁBITOS

VERSÍCULO CLAVE: COLOSENSES 3:9-10 (NVI)

AHORA QUE SE HAN QUITADO EL ROPAJE DE LA VIEJA NATURALEZA CON SUS VICIOS Y SE HAN PUESTO EL DE LA NUEVA NATURALEZA, QUE SE VA RENOVANDO EN CONOCIMIENTO. 

¿Tienes algún viejo hábito que ya no te queda bien porque ahora eres una nueva persona en Cristo? Si conoces a Jesús, el Señor te ha hecho una persona nueva y te ayudará a quitarte tu vieja naturaleza y te hará más como Él en tus palabras y acciones. A veces puede ser difícil, pero podemos acudir a la Biblia, al Espíritu Santo y a otros cristianos para que nos enseñen y animen, mientras mudamos nuestros viejos hábitos y formamos nuevos.

Clave de Hoy
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