Adiós por ahora (Parte 2)

“Extraño mucho a Imelda”, confesó Tamara.  Ella sabía que volvería a ver a su hermana algún día, pero todavía luchaba con aceptar el hecho de que Imelda había fallecido.  “¿A Dios no le importa que estemos sufriendo?”, preguntó, secándose las lágrimas de sus ojos.  “Sé que Imelda está feliz en el cielo con Jesús, pero no veo por qué no la dejó ser feliz aquí.  En pocas semanas será Navidad, pero no tengo ganas de celebrar sin Imelda”.

El padre abrazó fuertemente a Tamara.  “Lo sé”, señaló, “pero quizá la temporada de Navidad sea exactamente lo que necesitamos para recordar que Jesús no nos pie que suframos nada que Él mismo no haya sufrido.  Después de todo, celebramos la Navidad porque Él estuvo dispuesto a bajar del cielo y venir a la tierra, para sufrir y morir por nosotros.  Él realmente entiende nuestro dolor”.

“Es verdad”, afirmó su mamá.  “En Navidad nos regocijamos porque nuestro Salvador vino al mundo.  Él provee la manera en que nuestros pecados pueden ser perdonados y el camino para que tengamos vida eterna con Él.  Entonces, para nosotros, la Navidad es un tiempo de gozo.  Pero cuando Jesús nació durante la primera Navidad, eso marcó el inicio de Su sufrimiento en la tierra.  En los años siguientes, Él afrontó el mismo dolor y dificultades que todos experimentamos en nuestras vidas, incluyendo la pérdida de seres queridos”.

Papá asintió.  “Y luego experimentó el mayor sufrimiento de todos: Su crucifixión y muerte.  A Jesús fue escupido, golpeado y asesinado por las mismas personas que Él había venido a salvar”.

“Pero ¿por qué les permitió que lo hicieran?”, preguntó Tamara.  “¿Por qué no los detuvo?”

“Jesús pudo haberlo hecho”, explicó su padre, “pero Él sabía que necesitábamos un Salvador, así que voluntariamente tomó el castigo por nuestros pecados.  Debido a que hizo eso, podemos ser salvos y tener vida eterna.  Esa es la razón por la que Imelda está hoy con Jesús, y esa es la razón por la que podemos tener la esperanza de volver a verla, porque Jesús también resucitó de entre los muertos y nosotros también resucitaremos”.

Mamá rodeó con su brazo a Tamara.  “Esta Navidad recordemos que Jesús entiende el dolor que sentimos cuando extrañamos a Imelda, y que Él promete que estará con nosotros y nos ayudará a salir adelante”.

Tamara suspiró y asintió.  “Cuando me sienta triste, recordaré que Jesús realmente me entiende y se preocupa por mí”. – AGNES LIVEZEY

JESÚS ENTIENDE Y SE PREOCUPA

VERSÍCULO CLAVE: ISAÍAS 53:3 (NTV)

FUE DESPRECIADO Y RECHAZADO:  HOMBRE DE DOLORES, CONOCEDOR DEL DOLOR MÁS PROFUNDO.

¿Sientes dolor por algo que te haya pasado en tu vida?  ¿Sientes que nadie entiende lo que estás viviendo?  Jesús te entiende.  Él sufrió y murió para que puedas tener vida eterna con Él.  Él entiende tu dolor y se preocupa por ti.  Jesús desea consolarte.  Confía en que Él estará contigo cuando sientas dolor y te ayudará a salir adelante en cada dificultad que enfrentes.

Clave de Hoy
0 replies

Leave a Reply

Want to join the discussion?
Feel free to contribute!

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *