Adentro de la cáscara

—La mitad de estas nueces no están buenas —se quejó María Gracia, que había estado abriendo nueces para el postre que su madre estaba haciendo—. Están negras y secas por dentro —ella tomó una nuez y se la mostró a su madre.

—No te preocupes por abrir las que están malas —dijo su hermano Carlo, quien acababa de entrar en la cocina—. Bótalas y usa solo las buenas.

María Gracia le puso mala cara.

—No se puede saber cuáles son las buenas. Todas se ven bien por fuera.

—Te aseguro que yo sí puedo darme cuenta —afirmó su hermano, sacudiendo una nuez—. Esta está buena —María Gracia la tomó y la abrió. En efecto, estaba buena—. ¿Viste? —preguntó Carlo sonriendo—. Yo las elegiré por ti —el niño eligió otra nuez—. Esta también está buena —María Gracia la abrió, pero estaba seca. Carlo frunció el ceño y le entregó otra nuez, que tampoco estuvo buena.

—No puedes darte cuenta, igual que yo —declaró la niña, tomando una nuez que Carlo había rechazado—. Probaré con esta —ella se sintió tan feliz al ver que estaba buena.

—Dividámoslas y veamos quién puede encontrar más nueces buenas —propuso Carlo.

María Gracia rio.

—Está bien.

Esa noche, mientras comían el postre, la niña le contó a su padre sobre los problemas con las nueces.

—Esas nueces se parecen a las personas.

Los ojos de Carlo brillaron.

—¿Estás diciendo que estamos locos?

Papá rio.

—Lo que quiero decir es que las personas podrían parecer que son cristianas. Puede que nos veamos bien por fuera, pero ¿qué verían los demás si pudieran mirar dentro de nuestros corazones y nuestras mentes? Lo de afuera no siempre cuadra con lo de adentro. Jesús dijo que las personas religiosas de su época, los fariseos, eran así. Parecía que eran buenos, pero en realidad eran unos hipócritas.

Mamá asintió.

—A ustedes les costó darse cuenta de cuáles nueces eran buenas, y las demás personas no sabrán por seguro si nuestros corazones están en el lugar correcto. Pero Dios sabe. Él mira más allá de la cáscara y sabe cómo somos cada uno de nosotros por dentro. Él sabe si en verdad hemos confiado en Jesús para que nos salve del pecado y nos da un corazón nuevo y limpio.

María Gracia asintió.

—No podemos engañar a Dios.

HAZEL W. MARETT

SÉ LIMPIO POR DENTRO

VERSÍCULO CLAVE: MATEO 23:28

POR FUERA PARECEN JUSTOS A LOS HOMBRES, PERO POR DENTRO ESTÁN LLENOS DE HIPOCRESÍA Y DE INIQUIDAD.

¿Vas a la iglesia, tratas bien a las personas y evitas las cosas malas? Eso está bien y hacer estas cosas podría hacer que otros piensen que eres cristiano. Pero ¿en realidad lo eres? La gente solo ve lo que hay por fuera, pero Dios puede ver lo que hay en tu corazón. Hacer cosas buenas no puede limpiar tu corazón de pecado, solo Jesús puede hacerlo. Confía en Él como tu Salvador y Él te hará limpio. (Haz clic aquí para que conozcas las Buenas Nuevas que Dios tiene para ti).

Clave de Hoy
0 replies

Leave a Reply

Want to join the discussion?
Feel free to contribute!

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *