A la sombra de Sus alas
La garganta de Jacob se hizo un nudo mientras miraba afuera de la ventana de la cocina. “Quisiera que no hubiéramos tenido que mudarnos”, pensó. “Extraño a mis amigos y a mi vieja escuela”. Después de limpiarse sus ojos borrosos por las lágrimas, oyó un trino afuera. “¡Mira, mamá!”, gritó Jacob. “¡Hay un nido bajo el techo, allá, y una mamá petirrojo está sentada sobre cuatro bebés!”
La mamá entró desde la otra habitación. “¡Tienes razón, Jacob! La mamá pájaro protegerá a sus bebés hasta que estén listos para volar y para vivir por su cuenta”.
Jacob observó como el petirrojo mach vino volando y arrojó un gusano en el pico abierto de la madre. Ella comió una parte, luego lo escupió y lo colocó en las gargantas de sus bebés. Las diminutas avecillas estiraron sus cuellos hacia el cielo piando, hasta que se acabó el gusano.
“Esos bebés jamás tendrán que preocuparse”, señaló Jacob. “Están calientitos, seguros y bien alimentados”.
La madre sonrió. “Hablando de estar bien alimentados, tienes que comer tus panqueques y alistarte para ir a la escuela”.
Jacob tragó en seco. “Mamá, ¿puedo quedarme en casa? Mi nueva escuela no se compara con la anterior. Aquí no tengo amigos. Además, hoy tengo un examen muy difícil. Sí estudié, pero ¿y si no me va bien?”
Mamá se sentó. “Has pasado por muchos cambios últimamente. No es fácil asistir a una nueva escuela, ¿verdad? Pero te aseguro que puedes encontrar a alguien con quién jugar en el recreo e invitarle a almorzar contigo. Estoy segura de que te irá bien en el examen, porque estudiaste bien. Solo déjale el resto a Dios. ¿Recuerdas que dijiste que los parajitos bebé nunca tienen que preocuparse?”
Jacob torció sus cejas. “Sí, pero ¿qué tiene eso que ver conmigo?”
“Bueno, Jacob, Dios es como la mamá ave. La Biblia nos dice que Dios nos ama tanto que envió a Su Hijo, Jesús, para morir por nosotros, y podemos refugiarnos a la sombra de Sus alas. Él usa todo para bien en las vidas de aquellos que le pertenecen a Él, incluso las cosas que no salen como esperábamos. Entrégale tus preocupaciones sobre hacer amigos y dar los exámenes, y confía en que Él cuidará de ti y te guiará. Así como esa mamá pájara, Él proveerá todo lo que necesitas”.– LINDA CHAMPAGNE
NO TE PREOCUPES
VERSÍCULO CLAVE: SALMO 36:7 (NVI)
¡CUÁN PRECIOSO, OH DIOS, ES TU GRAN AMOR!
TODO SER HUMANO HALLA REFUGIO A LA SOMBRA DE TUS ALAS.
¿Te preocupas por tus problemas? ¿Hay algo en tu vida con lo que estés luchando, como el tener que hacer nuevos amigos? La vida puede ser difícil a veces, pero Jesús entiende. Esa es la razón por la que Él desea que le entregues todas tus preocupaciones y confíes en que Él hará lo que es mejor para ti. Él te ama y anhela ayudarte con cada problema en tu vida.
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