¡Qué sucios estamos!
“Me gusta estar contigo, abuelita”, dijo Galilea mientras rociaba su trapo con más limpiador.
“Es un gusto tenerte nuevamente de visita”, comentó la abuela. “La señorita Cindy estaba muy contenta con tu ayuda con los niños más pequeños en el campamento. Me preguntó si estarías interesada en liderar la clase de los niños esta semana, en la iglesia”. La anciana tomó un trapo para limpiar y guiñó el ojo. “Puede que algún día llegues a ser una excelente líder de jóvenes”.
Galilea bajó la cabeza. “No sé. No estoy segura de que Dios pueda usarme para nada. No siempre me porto bien y mi terquedad me mete en muchos problemas”.
“Mmm”. La abuela observó el retrato enmarcado que sostenía en su mano, mientras limpiaba lentamente el vidrío.
“¡Abuela, mira!” Galilea rio cuando le mostró el trapo lleno de polvo a su abuela. “Esta repisa se llenó de mucho polvo desde la última vez que la limpiamos”.
“¡Cielos!”, carcajeó la abuela. “Supongo que hemos estado mudando mucha piel últimamente. Eso me recuerda cómo Dios puede hacer cosas grandes del polvo”.
“¿A qué te refieres?”, preguntó Galilea.
“Bueno, ¿no dice la Biblia que fuimos formados del polvo de la tierra?”, preguntó la abuela. Galilea asintió. “Eso significa que estamos hechas del mismo material que estamos limpiando”, señaló la abuela.
Después de haber limpiado la última repisa y puesto todo en su lugar, la abuela se tocó la quijada con su dedo. “¿Sabes, Galilea? Si Dios puede usar el polvo para hacer algo tan hermoso y milagroso como un ser humano, imagina lo que Él podría hacer con nuestros terribles defectos y sucios errores”.
“¿Cómo?”, exclamó Galilea, dejándose caer en el sillón.
“Dios puede usarlos de un modo que le dé gloria”, afirmó la abuela, acomodándose en su mecedora. “Ninguna persona es buena en sí misma… esa es la razón por la que necesitamos a Jesús. Cuando ponemos nuestra confianza en Jesús, Él nos transforma y nos usa, con todo y nuestros defectos. Él puede tomar nuestros defectos y hacer que sean valiosos para Su Reino”. La anciana sonrió a su nieta. “Como utilizar la terquedad de una persona para convertirle en una líder espiritual firme que no volverá atrás cuando afronte dificultades, por ejemplo”.
“Nunca lo había visto de ese modo”, indicó Galilea, devolviendo la sonrisa a su abuela. “Creo que sí ayudaré a la señorita Cindy con los niños pequeños”. – BETH ANNE INGRAM
JESÚS PUEDE USAR NUESTROS DEFECTOS
VERSÍCULO CLAVE: ECLESIASTÉS 3:11 (NVI)
DIOS HIZO TODO HERMOSO EN SU MOMENTO.
¿Crees que Dios no puede usarte por causa de tus feos defectos o tus errores del pasado? ¿Qué te parece? ¡Dios sí puede! Él no desperdicia ni desaprovecha ninguna cosa, sino que encuentra la manera de dar un mejor uso a todo. Mientras Él obra en tu vida y te hace más como Jesús, utiliza tus defectos para desarrollar cualidades en ti que sirvan ara ayudar a otros y darle gloria a Él. Confía en que Él usará cada parte de ti para el bien.
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