En medio de la tormenta
Josué levantó la vista de su libro cuando escuchó un estruendo. A lo mejor era solamente un avión en el cielo o la motocicleta de su vecino. Trató de volver a leer, pero, de repente, hubo un destello y luego un estruendo más fuerte que definitivamente pertenecía a un relámpago. Recordó que en abril pasado hubo una cadena de tornados que vinieron uno tras otro. Gracias a Dios, él y su familia estuvieron a salvo, pero no podía olvidar la terrible sensación de temor cuando empezaban a sonar las sirenas de advertencia de tornados… era el mismo temor que apretujaba su estómago en este momento.
Josué corrió hacia el garaje y regresó con su casco para la bicicleta. Luego tomó algunas almohadas y las llevó al cuarto de lavandería, que era su lugar seguro. Mientras se sentaba en la esquina, mamá lo miró: “Tienes todo lo que necesitas para estar seguro en la tormenta”. La señora hizo una pausa y luego agregó: “Permíteme traerte un cuchillo afilado para que lo puedas tener”.
Josué miró hacia arriba, sorprendido. “¿Para qué necesito un cuchillo?”
“Estás preparado para la tormenta, pero me parece que has decidido que necesitas aferrarte a algo peligroso”.
“Pero no estoy aferrándome a nada”, señaló Josué, mostrando sus manos vacías.
“Te estás aferrando al temor”, explicó su madre. “El miedo te ha hecho olvidar que Jesús cuida de ti”. La mujer se sentó junto a Josué. “No voy a traerte un cuchillo de verdad. Un cuchillo sería inútil, e incluso peligroso en esta situación… así como tu miedo es inútil y peligroso. ¿Tienes alguna idea de algo a lo que podrías aferrarte en lugar del temor?”
En vez de responder, Josué corrió hasta su habitación. Un minuto después volvió, sosteniendo algo bajo su brazo. “Debería aferrarme a las promesas de Dios, porque sé que Él ha prometido cuidar de mí”, indicó el niño mientras ponía su Biblia en el regazo de su mamá.
La madre sonrió. “Todavía es una buena idea que estemos preparados para las tormentas de la vida, pero nunca deberíamos olvidar quién hizo los vientos y la lluvia. Debemos recordar que Jesús nos ha salvado y prometió que jamás nos dejaría. Pase lo que pasa, Dios tiene el control”. Mamá abrió la Biblia y comenzaron a leer sobre las promesas de Dios mientras los truenos resonaban a lo lejos. –
MARY ROZENDAL
AFÉRRATE A LAS PROMESAS DE DIOS
VERSÍCULO CLAVE: HEBREOS 10:23
MANTENGAMOS FIRME LA PROFESIÓN DE NUESTRA ESPERANZA SIN VACILAR, PORQUE FIEL ES AQUEL QUE PROMETIÓ.
¿Sientes que te estás aferrando al temor? ¿Te preocupan algunas tormentas, o la guerra, o el cáncer? Es normal tener miedo y luego prepararse para los momentos difíciles, pero recuerda que Dios es más grande que las tormentas de tu vida. Él te ama y nunca te dejará, incluso cuando sucedan cosas malas. Aférrate a las promesas de Dios y confía en que Él te ayudará a deshacerte de tu miedo.
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