Imagen
Laila sostuvo su posición después de aterrizar de una pirueta, que era el paso final de la danza. La niña empujó el ombligo hasta su columna vertebral lo más que pudo, mirándose al espejo. Sus ojos siguieron la fila de muchachas. Ella les pasaba a todas con una cabeza y, a pesar de sus intentos, no podía hacer que su estómago llegara a la posición deseada.
“Buen trabajo”, le felicitó la señorita Susana, la instructora en su instituto de danza.
Laila hizo un gesto negativo, mostrando su desacuerdo con la maestra.
La señorita Susana levantó las cejas. “¿Qué pasó? Ese giro te salió perfecto”. Los ojos de Laila seguían enfocados en las demás niñas de la clase, mientras salían del estudio. Ella esperó hasta que la habitación quedó vacía para hablar. “Soy la más alta de la clase”.
“¿Qué?”, preguntó la señorita Susana, sorprendida.
“Ni siquiera soy la mayor. Me siento tan rara, como si todas estuvieran señalando a la niña grandota y riéndose cada vez que danzo”. Laila estudió su reflejo un poco más.
“Laila, eres una hermosa bailarina”, afirmó la señorita Susana. “No permitas que nadie te diga mentiras y te haga creer otra cosa. Además, yo no quisiera que todas mis bailarinas tuvieran la misma apariencia”.
Laila no respondió, pero dejó de mirarse en el espejo para ver a los ojos a la señorita Susana.
“¿Sabías que los seres humanos somos los únicos que fuimos creados a la imagen de Dios?”, preguntó la maestra. “Ningún animal, ni siquiera los ángeles reflejan a Dios como nosotros. Y cuando Dios terminó de crear todo, Él vio que era bueno. Imagínate a Dios dándose palmaditas en la espalda y diciendo: ‘¡Guau, miren a Laila! ¡Me salió muy bien!’”
“¿Dios creyó que hizo bien al crearme a mí?”, preguntó Laila. La niña trató de imaginarse cómo Dios formó a Adán del polvo de la tierra. “Cuando creó a Adán, ¿sabía que también me haría a mí también?”
La señorita Susana asintió. “Sí, claro que sí. Y Él te ama, Laila. Te ama tanto que envió a Su Hijo, Jesús, a morir por ti, para que puedas ser salva del pecado”.
Laila sonrió mientras recogía su bolso. Dios la había creado a Su imagen y envió a Su hijo a morir por ella. Había oído antes esas palabras, pero nunca había puesto atención hasta ahora. – JOANNA BAIR
FUISTE CREADO A LA IMAGEN DE DIOS
VERSÍCULO CLAVE: GÉNESIS 1:27 (TLA)
FUE ASÍ COMO DIOS CREÓ AL SER HUMANO TAL Y COMO ES DIOS. LO CREÓ A SU SEMEJANZA.
¿Alguna vez te has quedado mirando al espejo, mientras te preocupas por tu apariencia? Recuerda que Dios creó a todas las personas a Su propia imagen, ¡incluyéndote a ti! Él nos creó como personas únicas y nos ama tanto que envió a Jesús a morir por nosotros. En lugar de compararte con otros, recuerda que fuiste creado a imagen de Dios. Él te ama, ¡y eso te hace especial en verdad!
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