El diluvio
“¡Esta sí que es una tormenta!”, exclamó el abuelo al observar desde la puerta de la casa cómo caía la lluvia. Su casa estaba junto a un gran río.
Elena y Elías salieron y se pararon a su lado. Con los ojos abiertos del asombro, miraron a los árboles que se movían con el viento. “Abuelo”, comentó Elías, “hubo un reporte en las noticias que decía que todos los caminos de esta área están intransitables, así que no podemos salir de aquí, ¿verdad?”
“No por tierra”, explicó el abuelo, “pero temo que toda esta área pueda inundarse si se rompe la represa. Me parece que lo mejor será que nos metamos en mi bote y nos dirijamos al río”. Entonces reunieron recogieron rápidamente algunas cosas y se embarcaron en el gran bote del abuelo.
Mientras avanzaban río abajo, se detenían en las casas que había en el camino, para animar a otras familias para que también salieran de sus casas. Pero la mayoría de las personas no estaban preocupadas. “La represa jamás se ha roto antes y estamos seguros de que jamás se romperá”, decían. “Vamos a estar bien”.
Hubo un lugar donde tenían una fiesta en marcha. La gente se rio cuando el abuelo les advirtió que el río podría desbordarse. “¡Miren lo que tenemos aquí! ¡Noé y su arca!”, gritó un hombre. “¿Dónde están tus animales, Noé?”
El abuelo suspiró. “Quisiera que estas personas escuchen, pero no lo harán, así que seguiremos por nuestro camino”.
Finalmente, el abuelo y los niños llegaron a un lugar seguro. Poco tiempo después, la represa colapsó. Toneladas de agua se precipitaron hacia los cauces de los ríos, dejando como resultado la pérdida de muchas vidas y propiedades. “Me siento terrible por las personas que pudieron haber salido y no lo hicieron”, expresó Elena con tristeza.
“Un hombre hasta le dijo ‘Noé’ al abuelo, ¿recuerdas?”, indicó Elías. “Nadie creyó a Noé cuando les advirtió sobre un diluvio, así como nadie nos creyó a nosotros”.
“Noé y su familia estuvieron a salvo porque creyeron en Dios”, compartió el abuelo. “Son la representación de aquellos que confían en Jesús como su Salvador. Solo aquellos que tengan fe en Cristo estarán a salvo cuando llegue el juicio de Dios”.
“Y ese día podría llegar en cualquier momento, ¿no es así?”, preguntó Elena.
“Correcto”, respondió el abuelo. “Pero los que confían en Jesús no tienen nada que temer. Él nos ayuda a afrontar las tormentas de la vida, y cuando llegue la tormenta final, Él nos mantendrá a salvo”. – HARRY C. TROVER
ESTAMOS SEGUROS EN JESÚS
VERSÍCULO CLAVE: HEBREOS 2:3
¿CÓMO ESCAPAREMOS NOSOTROS SI DESCUIDAMOS UNA SALVACIÓN TAN GRANDE?
¿Confías en Jesús como tu Salvador? ¿O tienes demasiadas ocupaciones como para que eso te preocupe? A pesar de que todo parezca que está bien y es normal, Dios juzgará un día al mundo por su pecado, y solo los que confían en Jesús estarán a salvo. Acércate a Él hoy mismo. ¡No lo dejes para mañana! (Haz clic aquí para que conozcas más acerca de las Buenas Nuevas que Dios tiene para ti).
Leave a Reply
Want to join the discussion?Feel free to contribute!