Cuando estés en el piso, mira hacia arriba
“Si tan solo estuviera corriendo en la pista con mis amigos”, pensó Donato mientras miraba tristemente por la ventana de su habitación en el hospital. De repente, una picazón irritante hizo que rápidamente metiera a presión su dedo bajo el yeso de su pierna. “¿Por qué tuve que caerme de la patineta?” El niño limpió una lágrima con su mano cuando escuchó que alguien entraba.
“¡Hola, Donato!” Era el pastor Juan, quien tenía una amplia sonrisa mientras apretaba con fuerza la mano de Donato en su saludo. “Te traje un disco de alabanza, y el hospital me dio un reproductor portátil que puedes usar. ¿Te gustaría que lo ponga para que lo escuches?”
Donato dijo que no con la cabeza. “No estoy con ánimos para eso”.
“Te hará sentir mejor”, aseguró el pastor Juan. “Alabar a Dios ayuda cuando estás pasando por momentos difíciles”.
“¿Cómo?”, preguntó Donato. “En lo único que puedo pensar es cómo el resto de mi año escolar está arruinado. ¡Mire!”, exclamó señalando su pierna. “Está rota. El médico dijo que no podré correr por un buen tiempo. No sé cómo alabar a Dios me ayudará a sentirme bien por no poder caminar y por perderme la carrera de campo traviesa”.
En ese momento, una niñita en edad preescolar entró en la habitación y se cayó al piso. Un hombre inmediatamente corrió hacia la niña, que empezó a llorar. Ella levantó sus brazos mientras el señor se agachaba para cargarla, para luego Salir de la habitación, no sin antes pedir perdón por la intromisión.
“¿Viste eso, Donato?”, preguntó el pastor Juan.
Donato asintió. “Sí, ¿y qué?”
“Eso es lo que se supone que debemos hacer cuando nos caemos en la vida… estirar nuestros brazos hacia Jesús y exaltarlo en alabanzas”, explicó el pastor Juan. “Cuando recordamos que Él nos salvó y promete que estará con nosotros en todos los problemas que afrontemos en la vida y los usará para bien, podemos alabarle, en lugar de sentir lástima por nosotros mismos. Cuando le adoramos, Él nos eleva por encima de nuestros problemas, recordándonos quién es Él y lo que ha hecho por nosotros”. El pastor Juan se puse de pie. “Bueno, tengo que ir a visitar a otro miembro de la iglesia. Estaré orando por ti, Donato”. Antes de irse, le dio unas palmaditas a Donato en el hombro.
“Espere”, indicó Donato, sonriendo tímidamente. “Creo que estoy listo para escuchar ese disco”.–BETH ANNE INGRAM
ALABA A JESÚS EN TODA CIRCUNSTANCIA
VERSÍCULO CLAVE: SALMO 42:11 (NTV)
¿Por qué estoy desanimado? ¿Por qué está tan triste mi corazón? ¡Pondré mi esperanza en Dios! Nuevamente lo alabaré, ¡mi Salvador y mi Dios!
¿Te cuesta alabar a Jesús cuando te sientes triste? La próxima vez que sientas angustia o desánimo, recuerda cuánto Él te ama y eleva tu corazón en acción de gracias, de todos modos. Alabar y adorar a Dios te ayudará a ver tus problemas bajo una luz diferente, mientras recuerdas que Él tiene el control y siempre está contigo. ¡Puede que incluso comiences también a cantar y aplaudir!
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