Repetición instantánea
Leví y su papá estaban disfrutando un partido de fútbol americano en la televisión.
—¡Cuidado con el tipo a tu derecha! —gritó el niño, y su padre agitó los brazos, como si los jugadores pudieran verlo. Pero no sirvió de nada, el hombre al que le estaban gritando fue derribado—. ¡Qué descuidado! —exclamó Leví, muy molesto—. ¡Debió ver cómo ese hombre se le venía encima! No estaba poniendo atención.
Papá asintió.
—El entrenador lo acaba de sacar. Espero que le muestren una repetición instantánea de ese movimiento y que pueda ver su error.
Una vez que el partido terminó, fueron a la mesa para cenar.
—¡Oigan! ¿Por qué a Olga le dan pizza mientras que los demás comemos pastel de carne? —preguntó Leví al ver el plato de su hermana. Él dio un tirón a su silla y golpeó con fuerza la mesa con los puños antes de sentarse—. Eres una niña malcriada —le dijo a Olga.
Olga quiso hablar, pero Leví no la quiso escuchar, ni siquiera cuando su madre trató de explicarle. En lugar de eso, empujó con brusquedad su plato y derramó su leche.
—¡Leví! ¡Vete a tu habitación! —indicó su padre—. Tu comportamiento no es el apropiado para esta mesa. Puedes regresar cuando estés listo para pedir disculpas.
Leví fue a su cuarto arrastrando los pies, enojado y hambriento. Se arrojó sobre su cama; en su mente repitió lo que acababa de pasar. Trató de decirse a sí mismo que había sido tratado injustamente y que Olga era muy mimada. Pero entonces recordó que su hermana había estado enferma cuando comieron pizza el día anterior, y su madre había guardado un poco para ella. «Por eso le dieron pizza hoy», pensó. Había arruinado la situación y herido los sentimientos de su hermana.
El resto de la familia casi había terminado de comer cuando Leví regresó y tomó su lugar en la mesa. El niño miró a su papá:
—En mi mente vi una repetición instantánea de lo que pasó y vi que cometí un error —Leví se dirigió a su mamá y a su hermana—. Lamento mucho en la forma en que actué.
—Te perdonamos —dijeron juntas mamá y Olga.
—Y recuerda que Dios también te perdonará —agregó papá—. Cada vez que Él nos muestra nuestros errores a través de una repetición instantánea de nuestras acciones, podemos confesarle nuestro pecado a Jesús; Él nos perdonará y nos ayudará a mejorar.
PHYLLIS M. ROBINSON
CONFIESA EL PECADO
VERSÍCULO CLAVE: SALMO 32:5 (PDT)
DECIDÍ CONFESARTE TODOS MIS PECADOS; NO ESCONDÍ NINGUNA DE MIS CULPAS. DECIDÍ CONFESARTE MIS ERRORES, SEÑOR, Y TÚ PERDONASTE TODAS MIS CULPAS.
¿A veces dices o haces cosas de las que después te arrepientes? Quizá con frecuencia te enfades con tus hermanos o hablas mal de otros a sus espaldas. Cuando repites tus palabras y acciones en tu mente, y notas que fueron hirientes e incorrectas, confiésalas a Jesús. Él te perdonará y te ayudará a hablar y actuar de una manera que refleje Su amor. Y después pide también perdón a cualquier persona que hayas herido.
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