Perdida
Selena se escabulló por la puerta delantera de la casa y empezó a caminar hacia la vereda. Su madre estaba ocupada, trabajando en su computadora, así que Selena decidió irse al parque a jugar un ratito, aunque no tenía permiso de ir sola. «Estaré de vuelta antes que mi mamá se dé cuenta», pensó.
Después de dar vuelta en una esquina, Selena oyó ladrar a un perro por detrás. Ella tenía miedo de los perros y empezó a correr. La niña evadió al animal por un patio lateral y salió en la siguiente calle. Selena sintió alivio al ver que el perro no la siguió. Avanzó por la calle por un par de cuadras, hasta que se dio cuenta de que nada se veía familiar.
«¿Dónde estoy?», se preguntó con un sentimiento de terror.
—Hola, niñita —dijo un hombre que estaba trabajando en su jardín—. ¿Estás perdida?
Selena salió corriendo en la dirección contraria. Sabía que no tenía que hablar con extraños. «Pero ¿dónde está el parque?», se preguntaba. Después de dar vuelta por otra esquina, se quedó quieta. Definitivamente estaba perdida. Sus ojos se llenaron de lágrimas mientras se sentaba en la vereda.
Después de lo que pareció mucho, mucho tiempo, un automóvil conocido apareció por una esquina. Se detuvo, la puerta se abrió y su madre salió de ahí. Selena estalló en llanto y su mamá la rodeó con sus brazos.
—No pensé que vendrías —expresó la niña en medio del llanto—. Pensé que estabas ocupada trabajando.
—Sí estaba trabajando —afirmó su madre—. Pero cuando me di cuenta de que no estabas, dejé todo y salí a buscarte. Nada es más importante —ella miró a Selena—. Creo que nunca me había alegrado tanto de ver a alguien.
Selena se secó las lágrimas.
—¿Aunque haya hecho algo que no debía hacer?
—Aunque hayas hecho algo que no debías hacer —aseguró mamá.
La niña estalló en llanto otra vez.
—Lo siento, mamá.
—Te perdono —dijo su madre—. Hablaremos más en casa. Algunos de nuestros vecinos también te están buscando, y tengo que avisarles que ya te encontré.
Mientras mamá conducía, Selena sintió alivio porque ya no estaba perdida. Recordó una historia que oyó en la iglesia sobre un pastor que había ido a buscar a una oveja perdida, y cómo eso era como cuando Jesús salía a salvar a los que están perdido en el pecado. «Estoy tan feliz de que mi mamá me haya encontrado», pensó Selena. «Y estoy tan feliz porque también Jesús me encontró».
HAZEL W. MARETT
JESÚS TE ESTÁ BUSCANDO
VERSÍCULO CLAVE: LUCAS 19:10
EL HIJO DEL HOMBRE [JESÚS] HA VENIDO A BUSCAR Y A SALVAR LO QUE SE HABÍA PERDIDO.
¿Alguna vez te has perdido? Es una sensación terrible, ¿verdad? ¿Sabías que todas las personas nacieron perdidas, perdidas en pecado? Pero tú eres tan importante para Jesús que Él dejó el cielo y vino a la tierra para buscarte. Confía en Jesús para que te salve del pecado. (Haz clic aquí para que conozcas las Buenas Nuevas que Dios tiene para ti). ¡Ahora cuéntales a todos que has sido encontrado!
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