Dios contigo
Milena rodeó con sus brazos a Milo, su gato atigrado color naranja. Una lágrima cayó en la carita peluda de su gatito. La niña sentía que tenía más lágrimas en su interior, pero estaba cansada de llorar todos los días por una semana, y no sabía si le quedaban más lágrimas.
—Dios, extraño a mi mamá. ¿Por qué te la llevaste al cielo? —las palabras que Milena susurró se quedaron flotando en el aire.
Su madre había estado enferma por algunas semanas y todos estuvieron orando. Aun cuando fue al hospital, Milena había sentido un poquito de miedo, pero realmente pensaba que su mamá volvería a casa.
—Me siento tan sola —Milena frotó su cara en el suave pelaje de Milo. Pensó en la sonrisa de su madre, tan brillante, siempre llena de gozo, aun cuando tuvo que pasar por tantas cirugías en los últimos años.
La niña recordó que su mamá le leía la Biblia unos meses atrás.
—Hijita linda, ¿sabes cuánto te ama Dios? —mamá sostenía cariñosamente la cara de Milena con sus dos manos—. Quiero que recuerdes que Él siempre está contigo. ¿Qué acabamos de leer en Juan, capítulo 14, sobre cómo sabemos que Dios está con nosotros?
—Él nos dio al Espíritu Santo.
—¡Correcto! Debido a que conoces a Jesús, tienes el Espíritu Santo en ti, y Él estará contigo y te recordará todo lo que Jesús ha dicho. Él nunca te dejará y te da Su paz.
Milena sacó su Biblia rosada, buscó Juan 14 y leyó el versículo 18: «No los dejaré huérfanos».
—Dios, me siento tan sola porque realmente extraño a mi mamá. Por favor, ¿podrías seguirme recordando lo que Tú has dicho, que nunca me dejarás? No soy una huérfana porque te tengo a Ti. ¿Le darías a mi mamá un gran abrazo de mi parte y le dices que voy a hacer brillar mi luz para Ti, como ella lo hacía?
Milena abrazó a su gato.
—Milo, me da tristeza que mamá ya no esté aquí, pero tengo la esperanza, porque sé que ella está en el cielo con Jesús, y Él promete que nunca nos dejará a ninguna de las dos —la niña rascaba la quijada de su gato mientras este ronroneaba—. ¡Un día, veré a mamá otra vez y le daré el abrazo más fuerte del mundo! Puede que ahora me sienta sola, pero sé que Jesús está conmigo.
SAVANNAH COLEMAN
DIOS SIEMPRE ESTÁ CONTIGO
VERSÍCULO CLAVE: DEUTERONOMIO 31:8
EL SEÑOR IRÁ DELANTE DE TI; ÉL ESTARÁ CONTIGO, NO TE DEJARÁ NI TE DESAMPARARÁ; NO TEMAS NI TE ACOBARDES.
¿Alguna vez has perdido a algún ser querido? Cuando alguien cercano a ti muere, podría parecerte que el dolor y el sentimiento de soledad nunca se van a acabar. Si eres un hijo o hija de Dios, tienes una esperanza a la cual aferrarte. Nunca estás solo porque Jesús siempre está contigo. Él estará contigo en tu soledad y en tu dolor, y un día el Señor secará todas tus lágrimas (Apocalipsis 21:3-4).
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