Guardando alimento

—Mira, papá —le dijo Tristán—. ¡Una ardilla!

Su padre se acercó a la ventana donde estaba en niño y juntos observaron cómo el animalito sacaba los granos de una mazorca que encontró en el recipiente de la composta.

—¡Mira cómo desprende todos esos granos! —comentó Tristán—. ¡Come muy rápido!

—No se los está comiendo —afirmó papá—. Está guardando los granos en pequeñas bolsas que tiene en sus mejillas. Mira lo que hace ahora con ellos.

Tristán miró cómo la ardilla salió corriendo hacia donde guardaban la leña, y ambos rieron al ver lo que hizo después el roedor:

—¡Está usando sus patas traseras para sacar el maíz de sus mejillas!

—Lo está guardando en los espacios que hay entre los leños, para cuando quiera comerlo más adelante —explicó papá.

Tristán y su padre observaron por varios minutos cómo la ardilla corría de un lado al otro, desde la mazorca de maíz hacia la pila de leña.

—¡No puedo creer cuánto puede guardar en sus mejillas! —dijo Tristán después de unos minutos—. Ya sacó todos los granos de la mazorca.

Papá asintió.

—¿Sabes, hijo? Dios también construyó en nosotros un sistema de almacenamiento.

—Yo no tengo ninguna bolsa en mis mejillas para llevar comida —bromeó Tristán, riendo al pensar en esa idea.

Su padre le sonrió.

—Estaba pensando en un tipo diferente de alimento, del alimento espiritual. Ese se guarda en el corazón, no en las mejillas.

—¿Alimento espiritual? —preguntó Tristán—. Oh, te refieres a los versículos de la Biblia que tengo que aprender para la iglesia, ¿verdad?

—Exactamente —indicó papá—. La Biblia lo llama esconder la Palabra de Dios en nuestros corazones. Cuando meditamos en la Palabra de Dios al aprender lo que dice la Biblia y guardar su verdad en nuestros corazones, eso nos ayuda a fortalecernos espiritualmente. Cuando lo guardamos, Dios lo trae a nuestra mente cuando lo necesitamos. Puede ayudarnos en momentos de pruebas o aflicciones, como cuando atravesamos por alguna situación difícil o cuando sentimos la tentación de pecar; la Palabra de Dios nos recuerda del amor de Dios, así como del poder y la esperanza que nos ha dado a través de Jesús.

Papá apuntó a la ardilla.

—El maíz que esa pequeñita estará ahí para cuando quiera alimentarse durante los fríos meses del invierno, y los versículos que memoricemos estarán ahí cada vez que los necesitemos.

TRULA H. BENSINGER

MEMORIZA VERSÍCULOS DE LA BIBLIA

VERSÍCULO CLAVE: SALMO 119:11

EN MI CORAZÓN HE ATESORADO TU PALABRA, PARA NO PECAR CONTRA TI.

¿Estás guardando la Palabra de Dios en tu corazón? ¿Estás leyendo la Biblia, estudiándola en la iglesia y memorizando versículos para que puedas llevar Su verdad y Sus promesas contigo, dondequiera que vayas? Memorizar versículos es una excelente manera de guardar la Palabra de Dios en tu mente y corazón, para que siempre esté ahí, lista para cada vez que la necesites. Una buena manera de memorizar un versículo es leerlo en voz alta tres veces al día por una semana. Para el final de la semana, ¡lo más seguro es que ni siquiera tengas que mirar la página!

Clave de Hoy
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