Tarjetitas hechas en casa
—Mamá, deberías ver al niño nuevo que llegó a la escuela —comentó Febe mientras hacía a un lado unos papeles para sentarse a la mesa—. Acaba de mudarse, ¡y es muy raro!
Su madre frunció el ceño.
—Esa no es la forma de hablar de otras personas, Febe.
—¡Pero es raro! —insistió Febe—. Se viste de forma graciosa, su ropa nunca combina. Y está tan metido en las matemáticas que da miedo. Hoy se quedó la mitad del recreo en el aula porque le estaba haciendo al señor Padilla un montón de preguntas sobre cosas de matemáticas que ni siquiera estamos estudiando. ¿Quién prefiere las matemáticas al recreo? —Febe resopló solo con pensarlo.
Mamá suspiró y después tomó unas tarjetitas que tenía apiladas.
—¿Qué te parecen mis tarjetas hasta ahora? —preguntó mientras las extendía sobre la mesa.
—¡Oh, son preciosas! —exclamó Febe mientras tomaba una carta con un corazón rojo en la tapa. La niña la abrió. «Para Tomás», decía. «¡Feliz día del Amor y la Amistad! Con cariño, señora Sevilla». Febe sonrió—. ¡A tus alumnos de primer grado les encantará estas tarjetas!
—No sé —expresó mamá—. No tenía material suficiente para hacerlas iguales a todas, así que algunas tienen corazones, otras tienen lazos y otras tienen brillantina en la tapa. Será mejor que las bote a la basura y compre tarjetas idénticas en la tienda, antes de ir mañana a la escuela, para entregarlas.
—¿Qué? ¡No! —exclamó Febe—. ¡Tus tarjetas son mucho mejores que las que se compran en las tiendas! Las hiciste con mucho amor y esfuerzo.
—Pero no piensas lo mismo cuando se trata de las personas —observó su madre.
—¿Ah? —Febe estaba confundida.
—Parecería que crees que todos deberían pensar y actuar de la misma manera. Pero Dios creó muchos tipos de personas, con intereses y personalidades diferentes. Él nos ama tanto que Jesús murió por nosotros. Pero en lugar de tratar de conocer al niño nuevo de tu clase, solo te burlas de él. Al parecer, prefieres las personas compradas en la tienda a las que Dios ha creado de manera única con mucho amor y esfuerzo.
Febe se quedó mirando la mesa mientras envolvía un pedazo de cinta roja alrededor de su pulgar.
—¿De dónde dijiste que viene este niño? —le preguntó mamá.
—No sé —respondió Febe en voz baja y después una sonrisa le iluminó su cara—. ¡Pero mañana se lo voy a preguntar!
DANIEL A. BURNS
ACEPTA A TODOS
VERSÍCULO CLAVE: SALMO 139:14
TE DARÉ GRACIAS, PORQUE ASOMBROSA Y MARAVILLOSAMENTE HE SIDO HECHO.
¿Te cuesta aceptar a las personas que son diferentes que tú? Cada persona ha sido creada a la imagen de Dios, y Él nos ama a todos. La próxima vez que te encuentres con alguien que sea diferente, recuerda que Jesús los ama. Después trata de conocerlos. Puede que aprendas algo nuevo, ¡y que conozcas a nuevos amigos también!
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