Ponerle la cola al burro
Jacob se movía impaciente mientras su maestra de escuela dominical le ponía una venda sobre los ojos. El dibujo de un burro sin cola estaba pegado en la pared, y era el turno del niño de tener los ojos vendados y girar un par de veces antes de caminar hacia el burro para pegarle su cola. «Esto será muy fácil», pensó. Había notado que el burro estaba un poquito a su izquierda y más o menos a la altura de sus hombros.
Cuando estuvo listo, Jacob dio unos pasos inseguros, estiró la mano y… ¡ahí! Se quitó la venda y no podía creer lo que veía. Frente a él estaba el burro, ¡y la cola le salía de la nariz! El niño se echó a reír con los demás, mientras la señora Gálvez ponía la venda a otro niño que estaba listo para intentarlo.
Después del juego, la señora Gálvez hizo que los niños se sentaran en el piso. Ella apuntó al burro que seguía pegado en la pared.
—Sería fácil ir en este momento y pegar la cola en el lugar correcto —afirmó—. ¿Por qué fue difícil durante el juego?
—Teníamos los ojos vendados —indicó una de las niñas—. Y estábamos mareados porque nos hicieron girar algunas veces.
—Correcto —afirmó la señora Gálvez—. ¿Sabían que los cristianos son a veces así? Las actitudes que evitan que hagamos lo correcto y demostrar el amor de Dios a otros son como vendas espirituales. ¿Cuáles creen que serían algunas de estas vendas espirituales?
Jacob levantó la mano.
—Egoísmo —sugirió.
—O Tener envidia de otros niños —dijo otro muchacho.
—O pensar que eres mejor que otras personas —señaló una de las niñas.
La señora Gálvez asintió.
—Las cosas que son como vendas espirituales para nosotros no tienen lugar en nuestras vidas. Cuando confiamos en Jesús como nuestro Salvador, Él nos hizo libres del pecado y nos dio todo lo que necesitamos para tener vidas piadosas para Él —la maestra abrió su Biblia—. El libro de Segunda de Pedro nos menciona algunas de las cualidades que demuestran a los demás que nuestras vidas han sido cambiadas por Jesús. Cuando nos faltan estas cosas porque nos aferramos a las actitudes pecaminosas, el texto dice que nos volvemos cortos de vista, como si estuviéramos usando una venda. Cuando notas una venda espiritual en tu vida, no dejes que se quede ahí. Confiésalo a Jesús y confía en que Él la quitará.
HAZEL W. MARETT
QUÍTATE LAS VENDAS ESPIRITUALES
VERSÍCULO CLAVE: 2 PEDRO 1:9 (NBV)
EL QUE NO TENGA ESTAS VIRTUDES ESTÁ CIEGO O ES CORTO DE VISTA Y HA OLVIDADO QUE DIOS LO LIMPIÓ DE SUS VIEJOS PECADOS.
¿Hay alguna venda espiritual en tu vida, actitudes pecaminosas que evitan que demuestres a otros el amor de Dios? ¿Eres rápido para señalar las faltas de lo demás? ¿Insistes siempre en salirte con la tuya? Si conoces a Jesús, Él te ha dado todo lo que necesitas para tener una vida piadosa. Confiesa todas las actitudes pecaminosas al Señor. Confía en que Dios te ayudará a ver a los demás como Él lo hace, para que puedas demostrarles Su amor.
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