Un puente para el evangelio
Ginebra observó como Aura caminaba hacia una esquina tranquila del patio de juegos con un libro. Aura se sentó y comenzó a leer. «Ella no ha hecho ningún amigo desde que se mudó aquí», pensó Ginebra. «A lo mejor quiera venir conmigo al club de Biblia. Nuestra maestra dijo que deberíamos compartir de Jesús con otros y puedo hacerlo al invitarla a la iglesia».
La niña se acercó a Aura un poco indecisa.
—Hola, Aura —saludó—. Los martes después de la escuela voy a un club de Biblia. ¿Quisieras venir conmigo mañana?
—No, creo que no —respondió Aura. La niña cerró su libro, se levantó y se fue.
Decepcionada, Ginebra se encogió de hombros y se fue a jugar a la pelota con los otros niños. «Bueno, lo intenté», pensó.
El domingo siguiente, un misionero compartió su testimonio en la iglesia de Ginebra.
—Cuando llegamos al África —contó el señor Santiago—, las personas de nuestra aldea no estaban interesadas en oír las Buenas Nuevas de Jesús. Como saben, establecimos un hospital en esa área y ha sido un maravilloso puente para el evangelio. Después que varias personas fueron tratadas en el hospital, ellos y sus familias estuvieron listos para oír sobre Jesús y sobre como Él murió y resucitó para tener una relación con ellos.
En ese momento se iluminó la mente de Ginebra. «Tal vez tenga que hacerme amiga de Aura para poder compartirle de Jesús», pensó. «Tengo que demostrarle que me importa, y así ella querrá escuchar lo que tengo que decir sobre Jesús o sobre una invitación para que venga a la iglesia conmigo. Si le demuestro cómo es Jesús, tal vez ella querrá oír más sobre Él».
Al día siguiente, durante el recreo, Ginebra le sonrió a Aura.
—¿Quieres venir a jugar pelota con los demás niños, Aura? —sugirió la niña. Aura dudó—. ¡Ven! —exclamó Ginebra—. Nos vamos a divertir.
Así que Aura se unió al juego. Unos días después, Ginebra le hizo otra sugerencia:
—Mi familia se va al zoológico el sábado —le contó a Aura—. Mis padres me dieron permiso para invitarte a que vengas con nosotros.
Aura se veía contenta.
—Parece que será divertido —afirmó—. Le preguntaré a mi mamá.
—¡Genial! —Ginebra sonrió—. Vayamos a jugar a la pelota.
ESTHER M. BAILEY
ALCANZA A OTROS POR MEDIO DE LA AMISTAD
VERSÍCULO CLAVE: 1 CORINTIOS 9:22
A TODOS ME HE HECHO TODO, PARA QUE POR TODOS LOS MEDIOS SALVE A ALGUNOS.
¿Los demás niños se resisten a tus esfuerzos por hablarles de Jesús? ¿Puedes pensar en la forma de construir un puente para el evangelio? A lo mejor podrías llevarle un regalo a alguien que está enfermo. O ayudar a un amigo con su tarea. Quizá conozcas a un niño que simplemente necesite un amigo. Jesús quiere tener una relación con cada uno de nosotros porque nos ama. Construye un puente para esas Buenas Nuevas al demostrar a otros que te importan.
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