La vela mágica
—Feliz cumpleaños a ti —cantaron Lizandro y Azucena mientras su madre traía un pastel a la mente—. Feliz cumpleaños, querido papá. Feliz cumpleaños a ti.
—Sopla las velas, papá —le animó Lizandro.
—¡Y no te olvides de pedir un deseo! —agregó Azucena.
—A ver… veamos —el padre cerró sus ojos, inhaló profundamente, infló las mejillas y sopló. Las velas del pastel se apagaron, pero una se recuperó y volvió a brillar con fuerza—. ¡Ups! —exclamó papá y volvió a soplar. La llama titiló y pareció apagarse, pero cuando dejó de soplar, la vela se volvió a encender. Él trató por tercera vez y volvió a pasar lo mismo—. ¡Oigan! —dijo cuando Lizandro y Azucena estallaron en carcajadas—. ¡Esa es una vela mágica! ¿De quién fue la idea de jugarle una broma a su pobre anciano padre?
—Eso te pasa por haber nacido el Día de los Inocentes —bromeó el niño.
—Es una vela especial que no se apaga —explicó Azucena—. En la caja dice que hay que meterla en el agua para apagarla.
—Sí, pero estoy seguro de que yo sí podría apagarla soplando —aseguró Lizandro antes de respirar profundamente e intentar, sin tener éxito.
Luego lo intentó su hermana, e incluso su madre tuvo su turno. Pero nadie pudo apagar la vela. Después de la cena, papá abrió la Biblia para el devocional familiar.
—Esa vela especial me recuerda lo que Jesús ha hecho por nosotros —afirmó—. Él nos rescató de la oscuridad del pecado y nos ha llamado a ser luces en este mundo. Guiamos a otras personas hacia el Señor cuando ponemos en práctica el amor y la gracia que Él nos ha mostrado. Pero cuando elegimos seguir nuestros deseos egoístas, en lugar de vivir a la manera de Dios, eso es como un viento que sopla nuestras velas y hacen que la llama titile. Así es más difícil que otros puedan ver la luz de Jesús en nosotros.
—Pero eso no significa que nuestra luz se apagará por completo, ¿verdad, papá? —preguntó Azucena.
—No —respondió el padre—. Jesús ha dado Su Espíritu Santo a quienes confían en Él, y nunca dejará que sus llamas se apaguen. El Espíritu Santo hace que la llama siga encendida y nos guía para demostrar la luz y el amor de Jesús a los demás. Podemos depender de Él para hacer brillar a Jesús.
HAZEL W. MARETT
COMPARTE LA LUZ DE JESÚS
VERSÍCULO CLAVE: MATEO 5:16 (NIV)
HAGAN BRILLAR SU LUZ DELANTE DE TODOS, PARA QUE ELLOS PUEDAN VER LAS BUENAS OBRAS DE USTEDES Y ALABEN AL PADRE QUE ESTÁ EN EL CIELO.
¿Estás haciendo brillar la luz de Jesús? Él nos ha llenado con Su amor, para que podamos compartir Su luz con los demás. Puede que nuestras llamas titilen cuando decidimos actuar egoístamente o cuando oímos las mentiras del mundo, pero nunca se apagarán porque tenemos el Espíritu Santo en nuestro interior. Él nos ayuda a alejarnos del pecado y nos guía para compartir el amor y la verdad de Dios con otros. Confía en que Él te ayudará a hacer que tu luz brille con fuerza en este mundo tan oscuro.
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