Encontrar amigos

Amaya llegó llorando a su casa.

—¡Quisiera que nunca nos hubiéramos mudado acá! —sollozó—.  No tengo ni un solo amigo.

—Lo siento —expresó su madre—.  Conversemos sobre cómo puedes cambiar esa realidad.

—¡No puedo hacer nada!  Los niños solo me quedan mirando y pasan de largo.  Estoy tan sola.

En ese momento, la puerta de abrió de golpe y el hermano de Amaya, Germán, entró corriendo como un remolino.

—Mamá, ¿me das permiso de ir a casa de Tomás?  Él quiere que conozca a su nuevo perrito y necesita ayuda con su proyecto de ciencias.

Su madre asintió.

—Puedes ir, pero quiero que estés de regreso a las cinco y treinta.

—¡Muy bien! —exclamó Germán, cerrando la puerta detrás de él.

Amaya se limpió los ojos.

—Papá, Germán y tú ya conocen a mucha gente.  ¿Por qué nadie es amigable conmigo y con ustedes, sí?

—Hija, has estado esperando que alguien te busque para ser tu amigo, pero Germán, tu papá y yo hemos tomado la iniciativa para ser amigables primero con otros.  Quizá deberías dejar de esperar que llegue una amiga y, en lugar de eso, empezar a ser amiga de alguien.

—Pero no sé cómo —confesó Amaya.

—Oh, yo creo que sí —opinó mamá—.  ¿Recuerdas cuando estudiamos el capítulo sobre el amor en la Biblia, el mes pasado?  Es Primera a los Corintios 13, donde encontramos una lista de cualidades que tiene una persona amigable.

—Lo recuerdo —afirmó Amaya.

—Bueno, esas son todas las cualidades que podemos poner en práctica porque conocemos a Jesús —explicó su madre—.  Ya que tenemos el amor de Dios en nuestros corazones, debemos acercarnos a otros con una actitud de amistad.  Pon a los demás en primer lugar y busca la forma de hacer que sientan que son importantes para ti.  Por ejemplo, nuestra vecina, la señora Chamorro, estuvo en el hospital, pero hoy regresó a casa.  ¿Qué crees que podría hacer para ayudarla?

—No sé… no sé —murmuró Amaya—.  ¿Tal vez hacerle algo de comer?

Mamá sonrió y sacó una bandeja del horno.

—Eso mismo fue lo que pensé.  ¿Qué te parece si tú se la llevas?

Amaya suspiró, pero tomó la bandeja y  se fue.  Después de un rato, la niña entró dando brincos al apartamento. 

—¡Adivina, mamá!  Tatiana, la nieta de la señora Chamorro, está limpiando el apartamento de su abuela, junto con su madre.  Me invitaron a cenar y a ayudarlas.  ¿Puedo ir?

Mamá asintió con una sonrisa.

BARBARA J. WESTBERG

SI QUIERES TENER AMIGOS, PÓRTATE COMO AMIGO

VERSÍCULO CLAVE: PROVERBIOS 17:17

EN TODO TIEMPO AMA EL AMIGO.

¿Te sientes solo?  Haz una pausa y mira a tu alrededor.  Hay muchas personas solitarias, incluyendo a otros niños que se sienten solos.  Probablemente hayas visto a algunos cada día.  En lugar de esperar que otros sean amigables contigo, búscalos tú.  Si conoces a Jesús, Él te ha dado todo lo que necesitas para demostrar a otros Su amor y cuidado (mira la lectura bíblica de hoy).  Haz amistades al ser un amigo como Jesús.