Bajo Sus alas
Lucía miró a su hermana adolescente con preocupación.
—Sofía, ¿cómo te sientes?
La hermana mayor puso una débil sonrisa.
—Un poquito mejor que en la mañana.
Lucía sabía que Sofía estaba tratando de ser valiente, pero las últimas dos semanas habían sido muy difíciles para ella. Sofía tuvo un virus unos meses antes y, aunque en ese tiempo no se puso tan mal, su sentido de gusto al comer cambió gradualmente. Ahora todo lo que comía sabía tan mal que le daba náuseas cuando trataba de alimentarse.
Mamá bajó la velocidad del automóvil para tomar una curva.
—Niñas, como tenemos una media hora hasta llegar donde el médico, ¿qué les parece si leen nuestro devocional del día?
—Yo lo haré —Lucía lo abrió en el celular de su madre—. Es una lectura del Salmo 91. «Con Sus plumas te cubre, y bajo Sus alas hallas refugio; escudo y baluarte es Su fidelidad» —la niña levantó la mirada—. ¿Qué es un baluarte?
—Es una muralla de defensa, como los muros que rodean a un castillo —contestó mamá.
—Entonces, Dios no solo es nuestro escudo, sino que nos rodea —declaró Lucía. Su madre asintió.
Lucía siguió leyendo sobre cómo los polluelos encuentran refugio bajo las alas protectoras de sus padres.
—Me encanta esa ilustración —meditó mamá—. Pienso en cómo Dios nos cubre con Su protección y amor, como cuando vimos a esa mamá petirrojo que cubría a sus bebés con sus alas la semana pasada. Aun cuando suceden cosas malas, podemos confiar en que Jesús estará con nosotros porque Él nos ha salvado y nos ha dado vida eterna con Él.
De repente, un enorme pájaro voló frente al automóvil. Mamá gritó de la emoción y Sofía abrió los ojos por la sorpresa.
—¡Mamá, es un águila calva!
Las tres observaron admiradas al águila que voló encima del automóvil y después aterrizó en un árbol cercano.
—¡Voy a estacionarme para que podamos ver mejor! —exclamó la madre.
Las niñas se quedaron mirando la majestuosa águila en el árbol. El ave bajó la mirada y las vio con ojos penetrantes antes de extender sus enormes alas y elevarse nuevamente por los aires.
Sofia se dirigió a su mamá y a Lucía:
—Creo que Dios envió el águila como un recordatorio para nosotras. No importa lo que estemos pasando, siempre podemos encontrar refugio bajo Sus alas.
SAVANNAH COLEMAN
BUSCA REFUGIO BAJO LAS ALAS DE DIOS
VERSÍCULO CLAVE: SALMO 91:4
CON SUS PLUMAS TE CUBRE, Y BAJO SUS ALAS HALLAS REFUGIO; ESCUDO Y BALUARTE ES SU FIDELIDAD.
¿Has pasado por algún momento difícil? ¿Alguno de tus seres queridos ha vivido una situación dura? Tal vez era algo físico, como una enfermedad o lesión. A lo mejor perdiste a alguien que amabas, tuviste que mudarte a un lugar nuevo o estás luchando con tus emociones. Sin importar lo que estés pasando, no estás solo. Dios es nuestro escudo, fortaleza y baluarte. Su presencia nos rodea. Refúgiate en Él.
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