La bendición de Bella

—Es hora de ir a casa, Bella.  Temo que nadie vendrá —le dijo su mamá con gentileza.

Bella miró los montones de ropa de segunda mano, donada por el grupo de escuela en casa y su iglesia, que cubrían cada mesa en la sala de actividades de la iglesia.  Junto con su familia, la niña había ordenado cada prenda para estar seguros de ofrecer ropa de calidad a las familias de la comunidad.  Había soñado con realizar esta entrega de ropa desde que su pastor desafío a su iglesia a servir a otras personas.

—Jesús nos ha bendecido para ser de bendición —había declarado el pastor ese domingo.  ¿De qué maneras puedes ser de bendición?

Así que Bella organizó la entrega de ropa para servir a las personas necesitadas de su área.

—Me pregunto cuánta de esta ropa se quedará aquí al final del día —comentó esa mañana la hermana de Bella, Alexis, mientras doblaba camisetas al preparar el evento.

—¡Yo me pregunto si más bien nos hará falta! —respondió Bella.

Pero ahora, una hora después que había terminado oficialmente la entrega de ropa, la niña miraba con tristeza las montañas de ropa sobre las mesas.

—Bueno —suspiró Alexis—.  ¡Todo se quedó aquí! —la niña tomó una bolsa y comenzó a guardar las faldas.

—Mamá —exclamó Bella, llorando—, no vino nadie.  ¡Ni siquiera una persona!  Traté de ayudar a otros, ¡pero no sirvió de nada!

La madre abrazó a su hija.

—Lo intentaste, corazón.  Pero no puedes controlar el resultado.  Solo puedes controlar tu propia obediencia al Señor.

—Pero si me fue tan mal, ¿todavía es obediencia? —preguntó Bella.

—Por supuesto que sí.  El Señor nos dice que el trabajo que hacemos para Él no es un desperdicio.  Organizaste esto para ayudar a otros, claro, pero ¿no lo hiciste también porque amas a Jesús?

—Sí —aseguró Bella—.  Quería servir y honrar a Jesús.

Su madre asintió.

—Lo amas porque Él hizo la obra de morir por tus pecados en la cruz para que puedas tener una relación con Dios.  Ahora, cuando haces buenas obras para el Señor, con todo tu corazón, Él tiene el control del resultado, no tú.  Lo único que debes hacer es servir y obedecer a Jesús —mamá miró a su alrededor en el salón de actividades.  ¿Qué te parece si empacamos esta ropa y preguntamos en la misión de rescate si ellos pueden usarla?

—¡Sí! —se emocionó Bella—.  Tal vez Dios tiene a otras personas en mente para recibir esta ropa.  —  ALLISON WILSON LEE

TODO LO QUE HAGAS, HAZLO PARA EL SEÑOR

VERSÍCULO CLAVE: 1 CORINTIOS 15:58 (NTV)

TRABAJEN SIEMPRE PARA EL SEÑOR CON ENTUSIASMO, PORQUE USTEDES SABEN QUE NADA DE LO QUE HACEN PARA EL SEÑOR ES INÚTIL.

¿Alguna vez has tratado de hacer algo que creías que Dios te había pedido, pero, al parecer, fallaste?  ¿Te juzgaste por los estándares del Señor o por los del mundo?  Cuando servimos a Jesús y trabajamos con todo nuestro corazón en lo que Él nos ha mandado a hacer, el Señor usará nuestros esfuerzos para el bien… aunque no sea como lo esperábamos.  Continúa sirviendo y confía en que Dios usará tu trabajo como Él sabe que es mejor.  El Señor recompensará tu fidelidad.

Clave de Hoy
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