La oración contestada
Silvia se estaba probando su nueva ropa para la escuela cuando su madre entró en su habitación.
—¿Te gusta la ropa que compramos por internet? —le preguntó mamá—. ¿Te queda bien?
—Me gusta mucho, y todas las blusas y pantalones me quedan bien —le contó Silvia—, pero estos zapatos son muy pequeños… creo que mis pies crecieron en las vacaciones.
—Pero esos zapatos están muy lindos —opinó Margarita, su hermana mayor—. Todas las muchachas los están usando.
—Bueno, me alegra que te hayan gustado las blusas y los pantalones —comentó mamá—. Podemos devolver los zapatos y pedirlos en una talla más grande. Ahora, vamos, es hora del devocional.
Entonces Silvia guardó su ropa nueva y las niñas se reunieron con sus padres en la sala.
Cuando papá preguntó si había peticiones de oración, a Silvia se le ocurrió una.
—Esta tarde estaba jugando con Eliana, la vecina, y me di cuenta de que sus zapatos están muy viejos… ¡incluso tienen un agujero en una suela! Oremos para que Eliana pueda comprarse zapatos nuevos.
—Oraremos por eso —aseguró su padre—y oremos también para que su papá se mejore pronto y pueda encontrar un nuevo trabajo.
Cuando Silvia oró por Eliana, tuvo una sensación extraña, como cuando uno se olvida de algo. Se sintió así mientras guardaba su ropa nueva en el armario. Aun cuando se acostó en su cama, esa sensación no la dejaba.
«¿De qué me estoy olvidando?», se preguntó con su mirada fija en la oscuridad. «Creo que sí hice todo lo que tenía que hacer hoy. Terminé mis tareas antes de ir a la casa de Eliana, y después de la cena lavé los platos con Margarita. Durante el devocional, papá leyó unos versículos que hablaban sobre cómo demostrar nuestra fe en Jesús al ayudar a las personas que necesitan comida o ropa. Entonces compartí un pedido de ora…». Silvia se sentó y casi soltó una carcajada. «¡Eso es!» La niña se levantó de la cama de un brinco y corrió hacia la sala.
—¡Adivinen una cosa! —exclamó—. Creo que Dios quiere que yo le ayude a responder nuestra oración y que le dé a Eliana los zapatos que no me quedaron. Sus pies son más pequeños que los míos, entonces creo que sí le quedarán a ella. Entonces yo podré comprar unos zapatos de mi talla con mi propio dinero.
Mamá y papá se veían sorprendidos, pero luego su madre sonrió.
—¡Qué gran idea, hija! — BARBARA J. WESTBERG
TIENES QUE ESTAR SIEMPRE LISTO PARA AYUDAR A OTROS
VERSÍCULO CLAVE: GÁLATAS 6:10 (NTV)
POR LO TANTO, SIEMPRE QUE TENGAMOS LA OPORTUNIDAD, HAGAMOS EL BIEN A TODOS, EN ESPECIAL A LOS DE LA FAMILIA DE LA FE.
¿Le estás pidiendo a Dios que haga algo por otra persona? ¿Has considerado que tal vez Él quiera usarte como la respuesta a tus propias oraciones? Es probable que requiera un sacrificio de tu parte, pero podrías proveer exactamente lo que esa persona necesita. Tienes que estar listo para obedecer si Dios te indica que hagas algo al respecto. Pon tu fe en acción al orar por otros y, al mismo tiempo, hacer lo que puedas para ayudarlos.
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