Sigue en pie
¡Los tambores redoblaban, las banderas ondeaban y las trompetas resonaban! Los ojos de Sara y Milo iban de un lado al otro, tratando de capturar toda la emoción del desfile por el Día de la Independencia. La banda de la escuela marchaba por la avenida vistiendo uniformes nuevos. Cuando tocaron un himno, la multitud se puso firme y cantó.
—En la escuela, nuestra clase aprendió que Francis Scott Key escribió la letra de nuestro himno nacional durante la guerra de 1812 —explicó Milo mientras la familia regresaba a su hogar después del desfile—. Cuando los barcos británicos disparaban al fuerte McHenry toda la noche, él observaba desde un barco lejos de la orilla. Sabía que si el fuerte caía, Baltimore y otras ciudades importantes también serían capturadas. Los disparos finalmente cesaron, ¿y qué creen que vio al amanecer?
—Eh, no lo sé —respondió Sara—. ¿Qué vio?
—La bandera estadounidense —contestó Milo—. Dice la historia que, cuando la vio, Francis Scott Key gritó: «¡La bandera sigue en pie!», y enseguida escribió la canción.
—¡La bandera sigue en pie! —repitió Sara—. ¿La bandera estará siempre en pie, papá?
Milo le respondió: —¡Por supuesto que sí! ¡Nuestro país es muy fuerte!
—La Biblia enseña que las naciones no se levantan ni caen por su propia fuerza —les recordó su padre—. Dice que la seguridad viene del Señor. Dios ha sido muy bueno con nuestro país y nos ha bendecido de muchas maneras. Pero al igual que cualquier otra nación en este mundo roto, Estados Unidos tiene muchos pecados y problemas. Debemos orar para que nuestros líderes y conciudadanos pongan su confianza en Jesús. Solo Él puede salvarnos del pecado, ¡y un día regresará para gobernar todo el mundo!
—¡Así es! —afirmó mamá—. Las naciones se levantan y caen, pero Jesús reina para siempre. La única manera en que podemos tener paz verdadera es si confiamos en Él. Entonces seremos parte de Su nación, ciudadanos de Su Reino, y pasaremos la eternidad con el Señor —. Ella detuvo el automóvil en un paso peatonal para dejar que pase un grupo de niños que montaban en bicicletas decoradas, y miró en el espejo retrovisor. —Oremos para que las personas de nuestro país, y de todos los países del mundo, se vuelvan a Jesús y confíen en Él como Su Salvador. —JAN L. HANSEN
ORA POR TU PAÍS
VERSÍCULO CLAVE: SALMO 33:12
BIENAVENTURADA LA NACIÓN CUYO DIOS ES EL SEÑOR.
¿Oras por tu país? En cualquier país en que vivas, tu nación necesita oración. Este mundo está lleno de pecado y solo Jesús puede traer salvación y esperanza. Ora para que los líderes de tu nación se vuelvan al Señor y busquen Su guía para tomar decisiones. Ora para que las personas de tu país confíen en Él y sigan Su dirección en sus vidas. Ora para que los hijos de Dios de toda lengua, tribu y nación hagan brillar la luz de Jesús para que todo el mundo pueda ver.
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