¿Quieres ir a cazar caracoles?
“Mamá”, gritó Melodía, “¡Molly no está!” Molly era la mascota de la familia, un caracol manzana.
Los hermanos mayores de la niña, Guillermo y Rogelio, corrieron a la sala. “Melodía, no seas ridícula”, dijo Guillermo. “Debe estar en algún lugar del tanque; es un caracol de agua. Probablemente esté escondida”.
Melodía torció los ojos. “¡Busqué por todos lados! Con cuidado levanté todas las plantas y revisé por debajo”.
“Eh…” Rogelio volvió a revisar el tanque. “Mamá”, gritó con una voz de alarma, “¡Molly desapareció!”
Su madre llegó a la sala. “Qué extraño. Investiguemos si los caracoles acuáticos pueden escaparse”.
Melodía despertó a su asistente inteligente. “¿Los caracoles manzana pueden escaparse de su tanque?”, le preguntó. En pocos segundos, aprendieron que los caracoles sí se pueden escapar de sus tanques, pero solo viven dos días fuera del agua. Para encontrarlos, uno debe seguir su rastro.
Guillermo fue a buscar las linternas mientras voceaba: “¿Quién quiere ir a cazar un caracol?” Los tres niños chillaron y empezaron a buscar.
“¡Encontré el rastro!”, exclamó Rogelio. “¿Pueden ven ese camino de babas debajo del sillón?”
“¡Ten cuidado!”, advirtió Guillermo mientras movían el sillón. “¡Ahí está!”
Melodía recogió a Molly y con delicadeza la volvió a poner en el agua. “¡Caracola mensa! No puedes vivir ahí afuera. Tienes que quedarte sana y salva en tu tanque. ¡Me alegra tanto haberte encontrado!”
Durante la cena, después de muchas risas por sus aventuras, mamá se quedó pensativa. “¿Saben? Esta aventura me recordó de cuánto Dios nos ama, a pesar de que queremos hacer las cosas a nuestra manera. ¿Se acuerdan de la parábola que contó Jesús sobre el pastor que iba a buscar a la oveja perdida, a pesar de que las otras noventa y nueve estaban a salvo? Jesús nos ama tanto como para haber venido a buscarnos”.
“Sí”, aseguró Guillermo. “Igual que rescatamos a Molly, Jesús vino a la tierra para salvarnos de nuestro pecado”.
“Así es”, afirmó su madre. “Pero a Jesús le costó mucho más de lo que nos costó a nosotros recuperar a Molly. Él entregó Su vida para pagar el precio por nuestro pecado y traernos de regreso a Dios”.
Melodía miró el tanque del caracol y sonrió. “Y ahora estamos a salvo con Él”. — MYRICAL BARTON
JESÚS VINO A BUSCARTE
VERSÍCULO CLAVE: LUCAS 19:10
PORQUE EL HIJO DEL HOMBRE [JESÚS] HA VENIDO A BUSCAR Y A SALVAR LO QUE SE HABÍA PERDIDO.
¿Estás perdido? La Biblia dice que nuestro pecado hace que cada uno de nosotros vaya por nuestro propio camino, y todos nos hemos alejado de Dios. Por eso Él vino a buscarnos. Jesús, el hijo de Dios, vino a la tierra como un ser humano y murió en la cruz por nuestros pecados. Cuando pones tu confianza en Él, ya no estás perdido, ¡estás a salvo! Confía en Él como tu Salvador hoy mismo. (Haz clic aquí para que conozcas las Buenas Nuevas que Dios tiene para ti).
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