Poco a poco
Con un cuchillo de tallar en una mano y un bloque de madera en la otra, Miguel se sentó en el patio trasero y analizó atentamente la madera que sostenía. La miró de todos los ángulos y después comenzó a cincelar. Después de trabajar por largo rato, empezó a emerger la forma de un venado de lo que antes había sido un simple bloque de madera.
“¿En qué estás trabajando?”, le preguntó su abuelo, que había salido de la casa para acompañarlo.
Miguel sostuvo el bloque de madera para que su abuelo lo inspeccionara. El anciano lo volteó una y otra vez. “Estás haciendo un buen trabajo”, opinó. “Antes que te des cuenta, tendrás en tus manos el venado que está en tu mente”.
“Supongo”, dijo Miguel, “si no me equivoco y lo echo a perder. En verdad me gusta tallar, pero me gustaría que no tomara tanto tiempo. Una astilla por aquí, un trocito por acá. Parecería que esto no se acabará nunca”. El niño sonrió. “Quizá debería tallar cosas más grandes… como ese hombre que vimos en la feria el año pasado. Él usó una motosierra para tallar un oso en un tronco, ¿lo recuerdas?” Miguel suspiró al mirar nuevamente su venado. “Cuando toma tanto tiempo, casi me dan ganas de darme por vencido”.
“Oh, espero que no te rindas”, aseguró su abuelo. “Sé que es un proceso lento, pero la única manera de hacerlo bien es cincelar un poquito a la vez”. El anciano sonrió y le entregó el venado nuevamente a su nieto. “¿No te alegra que Dios no se de por vencido en su labor de tallarnos cuando obra en nosotros?”
“¿A qué te refieres, abuelo?”, preguntó Miguel.
“Así como tú miras un venado en ese bloque de madera, Dios mira en nosotros las personas que Él quiere que seamos”, explicó su abuelo. “Poco a poco, él va cincelando nuestros hábitos pecaminosos, para que actuemos más como Jesús. Creo que podríamos decir que Él está tallando nuestras vidas, cambiando nuestros pensamientos y comportamientos, poco a poco”.
“Al igual que este venado, nuestras vidas solo están terminadas en parte, ¿verdad?”, comentó Miguel, pensativo.
El abuelo asintió. “Sí. Dios nos está formando para que seamos como Él desea, personas que Lo obedecen y que demuestran Su amor en nuestras vidas. ¡Dios todavía no termina Su obra en nosotros!” — CHRISTINE P. HONEY
DIOS SIGUE OBRANDO EN TI
VERSÍCULO CLAVE: FILIPENSES 1:6 (NTV)
Y ESTOY SEGURO DE QUE DIOS, QUIEN COMENZÓ LA BUENA OBRA EN USTEDES, LA CONTINUARÁ HASTA QUE QUEDE COMPLETAMENTE TERMINADA EL DÍA QUE CRISTO JESÚS VUELVA.
¿Hay malos hábitos o actitudes en tu vida que deben ser cincelados? La lectura bíblica de hoy habla sobre cómo nos despojamos de nuestra vieja manera de vivir y nos vestimos con una nueva naturaleza, como personas cuyos corazones han sido cambiados por Jesús. Esto significa que dejas atrás tu egoísmo para llevar una vida de amor y obediencia a Dios. Eso no sucede de un día para el otro, sino que, mientras permites que el Señor obre en tu vida, Él te formará para que seas más como Jesús.
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