Nunca es demasiado pequeño
“Hola, abuelito”, saludó Amalia cuando el anciano entró en la cocina. “Estamos cocinando una cena especial de aniversario para mamá y papá. Ellos llegarán en pocas horas”. El abuelo sonrió, pero se veía preocupado.
“¿No te fue bien en la reunión del cabildo?”, preguntó la abuela. El anciano negó con la cabeza.
“¿Para qué era la reunión?”, preguntó Amalia mientras iba a la alacena para traer el azúcar.
“Bueno, la ciudad necesita arreglar una tubería principal, la que saca el agua de aquí hacia la granja. Mientras la arreglan, van a prohibir el riego. Este año ha hecho tanto calor que nuestros cultivos podrían morir sin agua”. El abuelo suspiró. “Fui a ver si pueden reconsiderarlo, pero no quieren ceder”.
“Entonces supongo que no nos queda más que orar”, admitió la abuela.
“¿En verdad crees que servirá de algo orar?”, preguntó Amalia. “O sea, Dios tiene problemas mucho más grandes por arreglar, ¿no? Por ejemplo, cosas como terremotos, guerras e inundaciones…”
“Sí, pero también está interesado en todos los pequeños detalles de nuestras vidas”, aseguró su abuelo. “Él nos ama como Sus hijos y quiere que acudamos a Él cuando tengamos algún problema”.
Amalia se dio la espalda a la alacena. “No puedo encontrar el azúcar”.
“¡Oh, no!”, señaló la abuela. “Creo que olvidé de comprarlo”.
“¡Entonces no podremos hacer el pastel de coco que es el favorito de mi mamá!”, se lamentó la niña. “¿A Dios también le importa eso?”
En ese momento, oyeron un golpe en la puerta y el abuelo se levantó para abrirla.
“¡Hugo! Pasa adelante”, le dijo al hombre que vivía en la casa de al lado.
“Mi sobrina hizo este pastel de coco”, comentó el vecino, “pero mi médico me tiene con una dieta que lo llamo de cartón. Vine a ver si querían este postre”.
“¡Sí queremos!”, exclamó Amalia. “Tienes razón, abuelo. ¡Dios sí se preocupa de todas nuestras necesidades!”
Unas semanas después, la abuela le llamó por teléfono. “Adivina, Amalia. Nuestras oraciones fueron contestadas. La prohibición por el agua no ha sido un problema. De hecho, el abuelo dice que, si llueve más, va a tener que construir un arca”.
Amalia rio. “Dios no siempre responderá nuestras oraciones de la forma exacta en que uno quiere”, agregó la abuela, “pero puedes estar segura de que a Él sí le importan todos tus problemas, ya sean grandes o pequeños”. – JOANNE MOLDONATO
NINGÚN PROBLEMA ES DEMASIADO GRANDE O PEQUEÑO PARA DIOS
VERSÍCULO CLAVE: FILIPENSES 4:19
MI DIOS PROVEERÁ A TODAS SUS NECESIDADES, CONFORME A SUS RIQUEZAS EN GLORIA EN CRISTO JESÚS.
¿Tienes un problema que crees que es demasiado pequeño
como para que a Dios le importe? Quizá
tengas un examen difícil en la escuela o te esté costando hacer amigos en tu
nuevo vecindario. Tu Padre celestial se
preocupa por las aves, las flores y, en especial, por ti. Él sabe lo que necesitas. Ningún problema es demasiado grande o pequeño
como para compartirlo con Él.
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