Actitudes que se propagan

Dulce se quejó mientras arrojaba su mochila al piso.  “¡Mamá!  No vas a creer lo que pasó hoy en el estudio bíblico”.

Su madre echó harina en un tazón.  “¿Cómo te fue?  No muy bien, por lo que veo”.  Dulce estaba liderando un pequeño estudio bíblico en la casa de una amiga.

“No.  Fue terrible”.  La niña se dejó caer en el piso, a punto de llorar.  “Oí a Celeste quejarse por mi forma de hablar.  Dijo que sueno quejumbrosa y que mi voy es muy chillona.  No se dio cuenta de que la estaba escuchando.  Pero después de eso, todas estaban molestas conmigo”.  La niña se frotó los ojos.  “También se quejó del tema y en seguida todas estaban de acuerdo con ella”.

“Lo siento”, expresó mamá.  “Parecería que la mala actitud de esta niña se propagó muy rápido”. 

“Así fue”.  Dulce suspiró, limpiándose las lágrimas de los ojos con la mano.

Su madre se volvió a su tazón.  “Hija, ¿cuánta levadura puse para toda esa masa de pan?”

La niña pestañeó.  “Una cucharadita, tal vez.  No mucho.  ¿Por qué?”

“¿Cuánta mala actitud tuvo que demostrar Celeste antes que todas las demás se quejaran?”

Dulce resopló.  “Como dos segundos.  Y luego todas estaban enojadas”.

Mamá asintió.  “Solo tengo que usar un poquito de levadura y toda la masa se eleva.  Celeste solo se quejó por dos segundos, pero su actitud rápidamente se propagó y luego todas las demás se estaban quejando.  Pero no solo es así con las malas actitudes.  Si alguien se queja, puedes ser la ‘levadura’ en esa situación para hablar positivamente y eso también se propagará”.

“Entonces, la próxima vez que alguien se queje, puedo cambiar la actitud de todos.  Dulce se mordió el labio.  “Sé lo que se siente ser la persona de la que todos están hablando mal.  No quisiera que nadie más se sienta así”.

Su madre hizo un gesto afirmativo.  “Cuando nos enfocamos en los defectos o las cosas que no nos gustan en los demás, no actuamos como Jesús.  Él nos ama y nos acepta, a pesar de que no somos perfectos, y podemos propagar Su amor a otros por medio de una actitud amorosa que busca ayudar”.  La mamá sonrió a su hija.  “Ahora, ¿me traerías una cucharadita de levadura para ponerla en este pan?”

“Por supuesto”.  Dulce sonrió.  “Creo que este pan necesita una levadura de buena actitud para ayudarlo a levantarse”. — JUDY KLEIN

PROPAGA BUENAS ACTITUDES

VERSÍCULO CLAVE: GÁLATAS 5:9

UN POCO DE LEVADURA FERMENTA TODA LA MASA.

¿Alguna vez has estado cerca de alguien que se queja?  Después de un rato, sientes también ganas de quejarte, ¿verdad?  Las malas actitudes evitan que las personas se  enfoquen en la bondad de Jesús y pueden propagarse rápidamente, ¡pero las buenas actitudes también se propagan rápido!  Solo una persona puede propagar su actitud a todo el grupo.  Cuando sientas ganas de quejarte, recuerda la actitud de Jesús y ayuda a los demás a enfocarse más bien en lo bueno.

Clave de Hoy
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