No lo puedo resistir
“¡Niños! ¿Quién se comió las galletas con chispas de chocolate?”, preguntó la madre con un tono irritado. En el mesón de la cocina había un tazón azul grande, harina, mantequilla y azúcar morena. Mamá caminó hacia donde Julia y su hermano menor hacían sus tareas. “¿Quién se comió las galletas con chispas de chocolate?”, preguntó nuevamente.
“Yo no las comí”, aseguró Julia. “¿Fuiste tú, Simón?”
“Bueno, yo…” Al ver la mirada severa de su mamá, Simón se quedó viendo su cuaderno y balbuceó: “Es que… tenía tanta hambre y se veían tan deliciosas, ¡que no pude evitarlo!”
“Simón, tú sabes que no puedes comer las cosas que hago en el horno sin mi permiso”, advirtió su madre. “Y debes asumir la responsabilidad por lo que haces”.
Simón puso una cara de confusión. “¿A qué te refieres?”
“Me refiero a que tienes que dejar de dar excusas por hacer cosas que están mal”, explicó su madre. “La semana pasada no terminaste tus tareas porque te quedaste viendo televisión por mucho tiempo. Dijiste que no podías apagarla porque estaba muy divertida. ¿Y qué me dices del domingo, cuando no pudiste evitar responderle a Reinaldo cuando empezó a susurrarte en la iglesia?”
“¿Te das cuenta?”, exclamó Simón, a la defensiva. “No lo puedo resistir”.
Mamá se sentó junto a Simón. “La Biblia dice que nunca somos tentados más allá de lo que podamos soportar. ¿Qué crees que significa eso?”
“No sé”, dijo Simón entre dientes.
“Significa que en realidad sí puedes resistir”, comentó Julia.
“Pero no puedo”, insistió Simón. “¡Es demasiado difícil!”
“Yo uso una estrategia”, señaló Julia. “Planifico qué voy a comer mientras regreso a casa. Podrías hacer lo mismo. Planea comerte una manzana o algo así tan pronto como llegues. Así no sentirás tan fuerte la tentación de comer galletas”.
“Buena idea”, opinó su madre. “¿Qué estrategia podrías usar para evitar postergar tus tareas y cuchichear en la iglesia?”
“Supongo que podría esperar hasta que haya terminado mi tarea para encender la televisión”, indicó Simón. “Y si Reinaldo se sienta a mi lado en la iglesia, le diré que voy a escuchar el sermón. Incluso podría tomar apuntes”.
“Bien pensado”, dijo mamá. “Esas son buenas ideas para evitar la tentación. Pero la mejor estrategia es recordar que Jesús te hizo libre del pecado, por lo que siempre tienes la fuerza para resistir la tentación y hacer lo que es correcto”. — ROSEMARIE RUSSELL
RESISTE LA TENTACIÓN
VERSÍCULO CLAVE: 1 CORINTIOS 10:13
FIEL ES DIOS, QUE NO PERMITIRÁ QUE USTEDES SEAN TENTADOS MÁS ALLÁ DE LO QUE PUEDEN SOPORTAR, SINO QUE CON LA TENTACIÓN PROVEERÁ TAMBIÉN LA VÍA DE ESCAPE, A FIN DE QUE PUEDAN RESISTIRLA.
¿Utilizas estrategias que te ayudan a resistir la tentación? Ser tentados para hacer lo malo es una parte normal de la vida. Aun Jesús fue tentado. Su estrategia fue recordar la verdad de la Palabra de Dios para oponerse al diablo. Como Jesús, puedes resistir la tentación y no caer en pecado. Confía en que Él te dará la fuerza y la sabiduría que necesitas para hacer lo que es correcto.
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