Más miel, menos vinagre
“¡Mamá!”, gritó Patricia por el pasillo. “¡Robertito volvió a entrar en mi habitación! ¡Y desordenó todas mis joyas!”
“Lo siento, hija”, expresó su madre cuando vino a ver el daño. “Trataré de observarlo más cuidadosamente”. Al niño de dos años le encantaba entrar en la habitación de su hermana y abrir sus cajones, colorear en sus papeles y jugar con sus cosas.
Patricia suspiró. “Me pregunto qué hace Julián para evitar que Robertito se meta con sus cosas. Parecería que él no tiene los mismos problemas que yo con el chiquito. Veré si puedo descubrir cuál es su secreto”.
Cuando Patricia le preguntó a su hermano mayor sobre eso, él sonrió. “Bueno, hay un viejo refrán que dice: ‘Puedes atrapar más moscas con miel que con vinagre’”.
“¿Atrapar moscas? ¿Qué significa eso? Pensé que estábamos hablando de Robertito”.
Julián rio. “Significa que normalmente es más fácil hacer que las personas cooperen si somos amables con ellas, en vez de enojarnos y gritarles”, explicó. “A veces permito que Robertito entre en mi habitación para que vea en qué estoy trabajando. Incluso dejo que el cajón de debajo de mi cómoda sea suyo, y que él pueda guardar ahí algunas cosas. Y me aseguro de que lo que pueda romperse no esté a su alcance. De esa manera, casi nunca tengo que enojarme con él”.
“¡Guau! Te has dado mucho trabajo solo para mantenerlo lejos de tus cosas”, observó Patricia. “Creo que sería más fácil solo gritarle”.
“Sí, ¿cómo te está funcionando esa estrategia?”, preguntó Julián con una sonrisita malévola. “Te aseguro que mi método causa muchos menos problemas a la larga, y también es más amoroso y bondadoso. Sé que él siente curiosidad por mis cosas porque es chiquito, así que trato de estar abierto y de hacer que se sienta incluido. Funciona mejor que gritarle, y también nos convierte en amigos. Y como mamá siempre nos dice, Jesús quiere que los hermanos nos llevemos bien y nos recordemos unos a otros de Su amor”.
“Está bien, lo intentaré”. Patricia le dio a su hermano un golpecito. “Gracias por ayudarme. Me alegra que seas mi hermano”. La niña sonrió. “También me alegra que Robertito sea mi hermano. ¡Espero que después de intentar con tu método, esté mucho más feliz de eso!” — SHERRY L. KUYT
SÉ AMABLE CON TUS HERMANOS
VERSÍCULO CLAVE: SALMO 133:1
MIREN CUÁN BUENO Y CUÁN AGRADABLE ES QUE LOS HERMANOS HABITEN JUNTOS EN ARMONÍA.
¿Te enojas cuando otras personas usan tus cosas sin pedirte permiso? Quizá tengas hermanitos pequeños a los que les gusta tomar tus pertenencias. Está mal que ellos hagan eso, pero, en lugar de enojarte, trata de ser amable y de compartir tus cosas con ellos. Probablemente obtendrás mejores resultados de esa manera, pero lo más importante es que les mostrarás el amor de Jesús.
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