Por tu propio bien (Parte 1)

“¡No es justo!”, exclamó Leonardo después que su padre lo dejara en la casa de su mamá.  “¡Papá se rehusó a llevarme a los carros de carreras este fin de semana, aunque dijo que lo haría!”

“Sí, pero ¿no te advirtió que, si recibíamos otra nota de tu maestra diciendo que no estabas entregando tus tareas, no podrías ir?”, preguntó su madre.

Los hombros de Leonardo se desplomaron.  “¿Él te contó de eso?”

“Sí.  Entonces, cuando la señorita Enríquez me envió el correo electrónico el viernes, diciendo que todavía no estabas haciendo tus tareas, yo le avisé a tu papá.  Ignoraste su advertencia y esa es la razón por la que no podrás ir a los carros de carreras”.

Mamá puso un tazón de sopa en el microondas.  “Hablando de advertencias, yo también tengo una para ti.  El hielo del arroyo está comenzando a derretirse, así que no quiero que sigas caminando por ahí.  En poco tiempo no resistirá tu peso y podrías caer”.

A pesar de la advertencia, Leonardo decidió ir a revisar el hielo en el pequeño arroyo que pasaba detrás de su casa.  El niño se aventuró a pisarlo y escuchó un fuerte chasquido.  Rápidamente trató de volver al terreno sólido, pero sus pies resbalaron en el hielo y cayó fuertemente en una raíz que sobresalía cerca de la orilla.  Cuando recobró el conocimiento, estaba en el hospital con una pierna rota.

“Leonardo, ¿por qué no pusiste atención cuando te dije que te alejaras del hielo?”, preguntó mamá al día siguiente.

“Supongo que pensé que no estaba tan mal y que todo estaría bien”, contestó el niño. 

Su madre suspiró.  “Has desobedecido varias advertencias en este tiempo.  Parece que no te das cuenta de que son por tu propio bien.  Tu papá y yo te damos este tipo de advertencias porque te amamos y queremos lo mejor para ti”.  Mamá acercó su silla a la cama del hospital donde estaba su hijo.  “Dios nos da advertencias en la Biblia por la misma razón.  Él nos advierte sobre el pecado, porque solemos pensar que no necesitamos a Jesús, pero Él nos ama.  Él quiere salvarnos del pecado y protegernos de los poderosos efectos que tiene en nuestras vidas”.

“Lo sé, mamá”, expresó Leonardo.  “Perdóname por haber pecado y no escucharte”.

“Te perdono”, respondió su madre.  “Y Jesús también te perdonará”.  – JAN L. HANSEN

PON ATENCIÓN A LAS ADVERTENCIAS DE DIOS

VERSÍCULO CLAVE: SALMO 19:11 (PDT)

[DIOS MÍO, TUS ENSEÑANZAS PREVIENEN DE TODO PELIGRO A QUIENES TE RESPETAN.

¿Te has dado cuenta de que, junto con las promesas y palabras de ánimo, Dios nos da advertencias?  En Su Palabra, la Biblia, nos habla de nuestra necesidad de Jesús y nos advierte para que no pensemos que podemos salvarnos a nosotros mismos.  Dios también advierte a Sus hijos que no sean desobedientes, que no mientan, que no hagan trampa, que no odien, que no roben, y muchos otros pecados.  Pon atención a las advertencias de Dios.  Él te las da por tu propio bien, porque te ama.