Sin remordimientos

“No creo que me fue bien en el examen de historia de hoy… debí haber estudiado más”, dijo Alicia mientras seguía a su mamá a una tienda del centro comercial.  “Y luego Cristina se enojó cuando le dije que su falda parecía una que tú te ponías en el bachillerato.  Yo se lo dije como un cumplido, pero ella no lo tomó así.  Traté de explicarle y le dije que lo sentía, pero todavía me siento mal”.  Alicia suspiró.  “¡Qué día tan horrible!”

“Bueno, no te mortifiques por eso, corazón”, contestó mamá.  “Ahora ya sabes que no debes volverlo a hacer”.  “¡Pero debí haber sabido que no debía hacerlo ahora!”, exclamó Alicia mientras escogía un par de zapatos y se los probaba.

“¡Mira!  ¡Estos son exactamente los que quiero!  ¿Puedo comprarlos?”  “Depende de ti”, le dijo su mamá.  “Estás gastando tu propio dinero.  Pero esta es nuestra primera parada… a lo mejor podrías encontrar más opciones en otra tienda”.  Sin embargo, Alicia estaba tan segura de que quería esos zapatos que no solo los compró, sino que también decidió usarlos.

En otra tienda vieron los mismos zapatos… con rebaja.  Alicia se sintió consternada.  “Debí haber esperado”, se quejó.  “Pude haberme ahorrado un poco de dinero”.

“Bueno, ya es muy tarde”, dijo su mamá.  “Ya estás puesta los zapatos que compraste, así que no puedes devolverlos”.

Alicia siguió deprimiéndose mientras iban de una tienda a otra.  Finalmente, mamá sacó unos billetes de su cartera y se los entregó a Alicia.  “Toma”, señaló.  “Esto cubre lo que pagaste por los zapatos”.

Alicia miró boquiabierta el dinero.  “¡Pero me dijiste que espere y no te hice caso!  ¿Por qué tendrías que pagar por los zapatos?”

“Porque quiero que los disfrutes”, respondió mamá.  “Y quiero ayudarte a entender que, por causa de la gracia de Dios, no tienes que vivir con remordimientos.  Gracia es darle a otra persona lo que no merece, y Jesús hizo eso por nosotros cuando murió para tomar el castigo por nuestro pecado.  A causa de Su gracia, podemos confiar en que Él está obrando todo en nuestras vidas para el bien, incluso las veces en que nos equivocamos.  En lugar de estar torturándonos una y otra vez con lo que debimos haber hecho diferente, podemos aprender de nuestros errores y seguir adelante.  Podemos disfrutar la vida con Jesús ahora, en lugar de revivir el pasado”.

Alicia sonrió y puso el dinero en su bolsillo.  “Gracias, mamá”. HAZEL W. MARETT

 

NO TE MORTIFIQUES POR LOS ERRORES DEL PASADO

VERSÍCULO CLAVE: FILIPENSES 3:13-14

OLVIDANDO LO QUE QUEDA ATRÁS Y EXTENDIÉNDOME A LO QUE ESTÁ DELANTE, PROSIGO HACIA LA META… CRISTO JESÚS. 

¿Sigues inquietándote por los errores del pasado?  A lo mejor sacaste una mala calificación en un examen porque no estudiaste, o no te portaste amable ni ayudaste cuando tuviste la oportunidad.  Aprende de tus errores, para que no tengas que caer en ellos en el futuro, pero luego déjalos atrás.  Jesús te salvó al morir en la cruz y Él desea que mires hacia adelante, para que tengas una vida llena de Su paz y Su gozo.

Clave de Hoy
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