Vocho

“¡Vocho azul!”, exclamó Boris cuando divisó un Volkswagen azul.  Mientras hablaba, le dio un golpe a su hermano, Tulio, que estaba sentado junto a él.  Los niños se entretenían con su juego favorito de camino a casa, viendo quién podría divisar algún Volkswagen primero, golpeando al otro.  Los niños iban contando para ver quién veía más.

María suspiró.  Bajó el espejo de la visera del automóvil y vio su reflejo.  “Mis pecas se ven terribles”, se quejó.  “Parezco un monstruo”.

“¡Vocho amarillo!”, gritó Tulio y golpeó a Boris, mientras un Volkswagen amarillo pasaba junto a ellos a toda velocidad.

María frunció el ceño: “Si no puedo hacer algo con estas pecas, creo que me recluiré en algún escondite para siempre”.

“María, eso es absurdo.  Muchas personas tienen pecas.  Además, te hacen ver linda”, afirmó su madre, mientras giraba hacia otra calle.

“¡Vocho rojo!”  Los dos niños se rieron cuando encontraron el mismo Volkswagen al mismo tiempo, y se golpearon el uno al otro.

“Me pegaste muy duro”, señaló Tulio, “así que yo me quedo con el punto.  Esa es la regla”.

“¡No!”  Brandon apeló a su madre.  “¿Mamá?”

“Niños”, dijo la madre, viéndolos por el espejo retrovisor, “ya fueron suficientes golpes.  Es hora de terminar ese juego”.

María se volteó y miró con furia a sus hermanitos.  “Creo que se están inventando los vochos.  Nunca he visto tanto Volkswagen en un viaje tan pequeño”.

“Es que no los estás buscando”, se defendió Tulio.  “Solo puedes ver lo que estás buscando”.

“Eso es verdad, ¿sabes?”, señaló mamá, con los ojos puestos en María.  “Es fácil pasar por alto las cosas buenas de la vida, en los demás o incluso en nosotros mismos, cuando constantemente buscamos cosas para criticar y para quejarnos.  Esa es la razón por la que la Biblia dice que miremos las bendiciones que Dios nos ha dado.  Cuando recordamos que Él nos ama y tiene el control de todo, incluso lo que no nos gusta ya no nos va a parecer tan malo”.

María se miró en el espejo otra vez.  Esta vez se enfocó en su brillante cabello castaño y sus ojos saludables.  De repente, las pecas no se veían tan mal.

Su madre estacionó el automóvil en el garaje.  “Tratemos de recordar que debemos enfocarnos en las cosas buenas que Jesús nos ha dado y darle gracias por todo lo que Él ha hecho por nosotros”.BARBARA WESTBERG

ENFÓCATE EN LAS COSAS BUENAS

VERSÍCULO CLAVE: SALMO 68:19 (RV60)

BENDITO EL SEÑOR; CADA DÍA NOS COLMA DE BENEFICIOS.

¿En qué te enfocas, en lo bueno o en lo malo?  Cuando Moisés envió a doce espías para que examinen la tierra de Canaán, la mayoría de ellos solo vio problemas porque no confiaban en Dios.  Solo dos pudieron mirar las bendiciones que Dios tenía para ellos allá.  En lugar de buscar cosas para criticar, confía en que Jesús cuida de ti y enfócate en todas las cosas buenas que Él pone cada día en tu vida.

Clave de Hoy
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