Ver para creer
—¡Juguemos a las escondidas! —exclamó Edgar. Estaba en la casa de su amigo Jin, donde había muchos lugares para esconderse—. Mei también puede jugar.
Los niños fueron a buscar a la hermana de Jin, quien accedió a jugar.
—Yo busco primero —se ofreció Jin, quien se cubrió los ojos y se puso a contar—. Uno, dos, tres cuatro… —mientras seguía contando, oía cómo Edgar y Mei corrían y reían. A Jin le pareció que sus risitas se oían desde el sótano—. ¡Veintitrés, veinticuatro, veinticinco! —el niño gritó el último número—. ¡Listos o no, allá voy!
Jin se dirigió al sótano, muy atento para observar o escuchar alguna pista de Edgar o Mei. De repente notó la ventana junto a la chimenea, y a través de la ventana podía ver el perfil de una persona. Reconoció la sudadera roja de Edgar que se veía detrás de la delgada tela y haló la cortina.
—¡Te encontré, Edgar!
—¿Cómo sabías que estaba detrás de la cortina? —preguntó su amigo.
—Te vi —contestó Jin—. La cortina es delgada y podía ver tu sudadera a través de la tela. ¡Por eso supe que eras tú!
—Supongo que hay que ver para creer —comentó Edgar.
—Creo que sí —afirmó Jin con una sonrisa—. ¡Oye! ¿Recuerdas la clase de la escuela dominical sobre el libro de Juan? ¿Te acuerdas de lo que pasó después que Jesús murió en la cruz?
—Sí —respondió Edgar—. Muchas personas no creían que volverían a ver a Jesús vivo.
—Pero Él resucitó, se levantó de la tumba —aseguró Jin—. Antes de volver al cielo, se apareció a muchos de sus amigos. Cuando lo vieron con sus propios ojos, supieron que Jesús era el Hijo de Dios que vino a salvarlos y que realmente había resucitado de entre los muertos, tal como se los había dicho.
—Entonces, ellos también tuvieron que ver para creer —opinó Edgar—. Y saber que Jesús se apareció a Sus amigos nos ayuda a nosotros para que también creamos.
—Sí —Jin asintió—. Y el señor Míguez dijo que, aunque no podamos ver a Jesús con nuestros propios ojos como ellos, sí podemos verlo trabajar en nuestras vidas.
De repente, los dos niños oyeron la voz de Mei desde algún lugar del sótano.
—¡Oigan! —gritó—. ¡Yo sigo escondida! ¿Por qué se tardan tanto?
—Vamos a buscarla —dijo Edgar.
JEANETTE BROOKS
JESÚS RESUCITÓ, ¡CRÉELO!
VERSÍCULO CLAVE: JUAN 20:29
DICHOSOS LOS QUE NO VIERON, Y SIN EMBARGO CREYERON.
¿Crees que Jesús resucitó de entre los muertos aunque no puedas verlo con tus propios ojos? Después de resucitar, muchas personas sí Lo vieron con sus ojos. Puedes creer su testimonio que está en la Biblia. Si eres cristiano, puedes ver a Jesús también en tu propio testimonio. ¿Has observado la evidencia de Su obra en tu vida? ¿Cómo te ha cambiado el conocer al Señor? Sí, Jesús resucitó. ¡Créelo!
¡HOY ES DOMINGO DE RESURRECCIÓN!
DALE GRACIAS A JESÚS POR DAR SU VIDA Y LUEGO RESUCITAR DE ENTRE LOS MUERTOS PARA SALVARTE.
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