Ver claramente otra vez
Liam entrecerró los ojos para ver al lanzador, listo para enviar la pelota por los aires. Pero tres bateadas más tarde, oyó que el árbitro gritaba: «¡Estás fuera!». El niño bajó la cabeza y salió del campo. «¿Por qué ya no puedo pegarle a la pelota como antes?», se preguntó.
A la mañana siguiente, Liam se sentó junto a su amigo Cirilo durante la escuela dominical, cuando su maestra, la señorita Belén, comenzó la clase con una canción. Cuando terminaron, ella les mostró una tarjeta.
—Este es nuestro nuevo versículo para memorizar este mes. Liam, ¿podrías leerlo en voz alta para el resto de la clase?
Liam entrecerró los ojos para ver la tarjeta.
—Tu… Tu Palabra es… es… —su voz tembló cuando no pudo terminar.
La señorita Belén miró a la izquierda de Liam.
—Cirilo, ¿podrías ayudarle a tu amigo?
La cara de Liam se puso roja mientras Cirilo leía el versículo a la perfección. El niño se preguntaba si podría volver a hacer las cosas bien.
La señorita Belén se acercó a conversar con los padres de Liam cuando vinieron a recogerlo, al final de la clase. Más tarde, cuando iban en el automóvil de regreso a su casa, papá indicó:
—Hijo, vamos a sacar una cita para ti con el optómetra.
—¿El opto qué? —preguntó Liam.
—El médico de los ojos —explicó su madre—. La señorita Belén mencionó que te costó leer el versículo de hoy en la escuela dominical. Ella cree que quizá necesites anteojos, y eso explicaría por qué te está costando el béisbol.
Unas semanas después, Liam sacó su nuevo par de anteojos del estuche y se los puso. Al instante, el mundo volvió a estar enfocado. Pasó todo el día moviendo los anteojos arriba y abajo para ver la diferencia. «¡Todo se ve tan nítido!», pensó.
Sus pensamientos volvieron al versículo que la señorita Belén les había enseñado: «Tu palabra es una lámpara que guía mis pies y una luz para mi camino».
—La Biblia hace que las cosas se vean claras —se dio cuenta—. Nos dice quién es Dios y cómo envió a Su Hijo, Jesús, para salvarnos. Cuando mi camino no se vea claramente, necesito leer la Palabra de Dios y confiar en que Él me guiará.
—¡Te toca! —le dijo Cirilo.
Liam enfocó su mente, caminó hacia el plato y sonrió, porque esta vez veía todo claramente otra vez.
OLIVIA SUMMERS
LA BIBLIA REVELA LA VERDAD DE DIOS
VERSÍCULO CLAVE: SALMO 119:105 (NTV)
TU PALABRA ES UNA LÁMPARA QUE GUÍA MIS PIES Y UNA LUZ PARA MI CAMINO.
¿Necesitas anteojos? A veces nuestro camino se ve desenfocado o confuso. ¡Puede pasar de manera tan gradual que a veces ni nos damos cuenta! Leer la Biblia nos ayuda a enfocar las cosas. La Palabra nos dice quién es Dios y lo que hizo para salvarnos para que podamos ser Sus hijos. La Escritura nos guía para que sepamos cómo vivir, para que otros puedan ver que pertenecemos a Jesús. La próxima vez que afrontes una situación difícil, confía en que Dios usará la verdad de Su Palabra para hacer brillar la luz en tu camino.
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