Una semilla que cae
“Cuéntenme, niños, si algo bueno les pasa, ¿se guardan el secreto?”, preguntó el señor Molina a los alumnos de su clase en la iglesia. Los niños negaron con sus cabezas. “Nos gusta compartir nuestras buenas nuevas con nuestros amigos, ¿verdad?”, continuó el señor Molina. “Sin embargo, cuando se trata de compartir la mejor noticia de todas, es decir, que Jesús murió por nuestros pecados para que podamos ser salvos, normalmente lo callamos, como si fuera un secreto. ¿Por qué creen que es así?” Esta vez, ninguno respondió a la pregunta del maestro. “Si conocemos a Jesús, debemos hablar a los demás acerca de Él”, recalcó el señor Molina. “Inclinemos nuestras cabezas por un momento y pidámosle al Señor que nos dé a cada uno de nosotros el nombre de algún amiguito que necesite oír acerca de Él”.
Los niños se sentaron en silencio y a la mente de Gustavo vino un nombre. “¡Oh no!”, pensó. “¡No Sergio! ¡Él jamás me va a escuchar!”
Después de la clase, Gustavo platicó sobre eso con el señor Molina. “Mira por la ventana”, indicó el maestro. “¿Ves cómo ese árbol creció entre esas enormes rocas en la ladera? ¿Cómo crees que llegó allá?”
Gustavo se encogió de hombros. “Supongo que una semilla de otro árbol cayó ahí y echó raíces”.
“¿Crees que el árbol padre se preocupó de cuán duras se veían las piedras cuando dejó caer la semilla?”, preguntó el señor Molina. Gustavo hizo un gesto negativo. “Así es”, agregó el maestro. “El árbol tan solo dejó caer la semilla y Dios hizo el resto. Eso también es lo que debemos hacer. Tenemos que hablar a otros acerca de Jesús para que la semilla de Su Palabra pueda caer. No te preocupes por la forma en que eche raíces. Esa es la obra de Dios y Él puede manejarla”.
Gustavo todavía se sentía confundido. “Sergio es mi amigo, pero también es muy rudo. Siento que se reirá de mí si trato de hablarle de Jesús”.
“A veces nos da miedo decirles a nuestros amigos acerca de Jesús, cuando no sabemos cómo van a responder”, comentó el señor Molina. “Pero recuerda que Dios ama a Sergio y tiene el poder para salvarlo. Él estará contigo todo el tiempo. Ora por Sergio y pídele a Jesús que te dé la oportunidad de darle a conocer lo que Dios ha hecho por él. El Señor te ayudará a sembrar la semilla de Sus buenas nuevas en el corazón de Sergio”.– AGNES LIVEZEY
CUÉNTALES A TUS AMIGOS ACERCA DE JESÚS
VERSÍCULO CLAVE: 1 CORINTIOS 3:6
YO PLANTÉ, APOLOS REGÓ, PERO DIOS HA DADO EL CRECIMIENTO.
¿Tienes miedo de que tus amigos no te escuchen si les hablas acerca de Jesús? Puede dar temor, pero confía en que Jesús te ayudará a sembrar la semilla de Su Palabra. Fielmente ora por tus amigos que no lo conocen, y busca las oportunidades para hablarles acerca de Jesús. Déjale el resto a Dios. Él es quien hace que la semilla eche raíces.
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