Una respuesta lista
Amalia conversaba con su amiga Sara mientras el padre de Amalia las llevaba a un banquete del grupo de jóvenes de la iglesia. Era un evento formal y ambas niñas tenían vestidos nuevos para la ocasión.
—Estoy tan feliz de que hayas venido conmigo esta noche —le dijo Amalia a Sara—. Te ves tan linda.
—Gracias… y gracias por invitarme —expreso Sara—. Nunca había ido a un evento en una iglesia. ¿Por qué tú vas todo el tiempo?
—Bueno, voy para adorar a Dios y aprender más sobre Él —la niña hizo una pausa y después agregó—. Soy cristiana… Puse mi confianza en Jesús para salvarme y Lo amo.
—¿A qué te refieres? ¿Qué quiere decir que confiaste en Él para que te salve? ¿Que te salve de qué? —preguntó Sara.
—Del pecado. Todos somos pecadores, o sea, todos hemos hecho cosas malas —explicó Amalia—. Pero Jesús tomó el pecado por nuestros pecados al morir en la cruz.
Su conversación fue interrumpida cuando llegaron a la iglesia. Las niñas se despidieron del papá y se encaminaron hacia las gradas para entrar en la iglesia. Amalia bajó la mirada para ver sus pies y se quedó congelada.
—Sara —exclamó ahogando un grito—. ¡Me olvidé mis zapatos! ¡Me vine con mis viejas pantuflas! ¿Por qué no me dijiste?
—No me di cuenta —contestó Sara, riendo al ver los dedos de los pies de su amiga que asomaban por el agujero sus pantuflas de peluche—. Se ven muy graciosas con ese vestido.
—¡No puedo entrar así! —chilló Amalia. Entonces le presentó a Sara a una amiga, se fue a llamar rápidamente a su mamá y esperó en la puerta de la iglesia a que su padre le trajera sus zapatos.
—Pesé que estabas puesta los zapatos correctos —comentó papá cuando llegó.
Amalia le entregó las pantuflas.
—¿Te refieres a estas ridículas y viejas pantuflas?
Su padre rio.
—Oh, no me di cuenta de las pantuflas, pero sí me di cuenta de que estabas lista con una respuesta cuando Sara te cuestionó sobre tu fe en Jesús. Según la Biblia, eso significa que tienes «calzados los pies con la preparación para anunciar el evangelio de la paz». En otras palabras, siempre debemos estar listos para contar a otros sobre la paz y la esperanza que tenemos en Jesús. Eso es mucho más importante que usar zapatos elegantes con tu nuevo vestido.
Papá le dio a Amalia un abrazo.
—Diviértete mucho —le dijo—. Estaremos orando por ti y por Sara.
—Gracias, papi —respondió Amalia—. Y gracias también por traer mis zapatos.
HAZEL W. MARETT
PREPÁRATE PARA COMPARTIR TU FE
VERSÍCULO CLAVE: EFESIOS 6:14-15
ESTÉN, PUES, FIRMES… CALZADOS LOS PIES CON LA PREPARACIÓN PARA ANUNCIAR EL EVANGELIO DE LA PAZ.
¿Estás preparado para compartir tu fe en cualquier momento con otros? Eso podría significar que converses con alguien sobre Jesús. Podría ser que tengas que explicar lo que crees y por qué haces o no haces ciertas cosas. Tienes que estar siempre listo para dar a conocer a otros que perteneces a Jesús y que tienes Su paz en tu corazón… y que ellos también pueden tener esa paz.
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