Una palabra

Estefanía ubicó la última taza en la lavadora de platos y suspiró.  Era otro año nuevo y todos sus amigos tenían metas sublimes por alcanzar: formar parte de las porristas, correr un kilómetro en tantos minutos, aprender a cocinar como el próximo Master Chef.  “Dios, ¡estoy tan cansada!”, oró la niña en silencio.  “Pero todavía siento la presión de fijarme metas grandiosas como los demás”.

Los ojos de Estefanía quedaron fijos en la ventana donde había varias piedras que tenían una palabra escrita en ellas.  Notó una nueva que decía Confianza.  Ella sonrió y apuntó la piedra.  “Mamá, ¡ya vi que Dios te dio tu palabra para este año!”

“¡Sí!  Él ha pasado recordándome Proverbios 3:5, ‘Confía en el Señor con todo tu corazón’.  Últimamente hemos pasado por muchos cambios y a veces eso me hace sentir abrumada.  Sabía que Dios quería que me enfocara en confiar en Él este año”.

“Mamá, ¿todavía haces resoluciones para el Año Nuevo?”

“A veces, pero después de oír esto de elegir una palabra para el año en lugar de hacer una resolución, mi perspectiva cambio.  ¿Recuerdas la historia de cuando Jesús fue de visita a la casa de Marta y María?”

“Sí.  Marta estaba ocupada preparando todo, mientras que María se sentó a los pies de Jesús y se puso a escucharlo.  Cuando Marta se enojó porque quería que María la ayudara, Jesús le dijo que María había elegido lo mejor”.

“¡Correcto!”, afirmó su madre.  “Ella eligió lo único que importaba: a Jesús.  Aunque las resoluciones son importantes, me pareció que era muy fácil quedar atrapada en el intento de ‘ser mejor’ y ‘hacer más’, en lugar de recordar que Jesús me salvó y me hizo una nueva persona.  Necesito hacer una pausa y enfocarme en Él”.

Estefanía tomó la piedra de la confianza.  “¿Tienes más piedras de estas, mamá?  Este año quiero empezar una y contarles a mis amigos de esta idea”.

“¡Claro que sí!”  Su madre hurgó en un cajón.  “¿Ya te ha dado Dios una palabra o necesitas orar un poco más?”

“Oh, Él ya me mostró cuál”.  Estefanía sonrió.  “Mi palabra para este año es Estar.  Esto me recordará que no debo hacer más y añadir más cosas a mi lista.  Solo debo estar con Jesús en cada momento que Él me dé”.  — 

SAVANNAH COLEMAN

ENFÓCATE EN JESÚS

VERSÍCULO CLAVE: SALMO 27:8 (NVI)

EL CORAZÓN ME DICE: «¡BUSCA SU ROSTRO!»  Y YO, SEÑOR, TU ROSTRO BUSCO.

¿Luchas con la necesidad de hacer más, de ser más o de caminar al ritmo de los demás?  Está bien que aprendas cosas nuevas y te pongas metas, pero no pierdas la perspectiva de lo que realmente importa: ¡Jesús!  Él te salvó del pecado y te dio nueva vida.  Por causa de Su sacrificio, ya tienes lo suficiente.  Mientras realizas tus actividades este año, pon tu enfoque en Él.

Clave de Hoy
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